Cuántas veces nos hemos sorprendido de nosotros mismos al desarrollar una idea, una nueva habilidad que sale de nuestros esquemas establecidos.
Si nosotros nos sorprendemos, los demás pueden percibir quizás esto de manera multiplicada y es que los seres humanos no somos estáticos, estamos en constante evolución. Si bien es cierto que vamos desarrollando a medida que crecemos una personalidad, no es menos cierto que la transformación para nuestro bien y para ofrecerla al mundo siempre estará presente.
Es interesante ver cómo de un proceso de crisis podemos ver emerger un nuevo ser dentro de nosotros. Por ahí andan siempre algunos sueños enterrados, deseos fervientes de hacer una diferencia en nuestra vida, que sólo necesitan una chispa para emerger.
También, puede aparecer una nueva forma de ver la vida, que implicará romper con la imagen que hemos creado hacia lo externo y todo eso es para valientes, porque la manada que no se atreve a crecer o que simplemente no se da cuenta, siempre querrá verte en el dichoso marco.