Debo reconocer que soy un apasionado de la tecnología y su aplicación en el mundo de la educación.
He escrito muchos artículos e impartido varias conferencias sobre el tema. Soy un ferviente promotor de los grandes beneficios que conlleva aplicar estrategias pedagógicas, en el proceso de enseñanza y aprendizaje, basadas en tecnología de la información y comunicación. Vivimos en una era digital y debemos aprovechar las ventajas que supone este nueva realidad.
Mucho se ha escrito y reflexionado sobre el rol del maestro en esta nueva época. Algunos, los más temerarios, han dicho que el maestro está por desaparecer y que en su lugar tendremos servicios tecnológicos de auto-aprendizaje que acompañarán a los niños, niñas y adolescente en sus procesos formativos.
Pienso, por el contrario, que precisamente gracias a las tecnologías, el rol del maestro se eleva de categoría y adquiere mayor relevancia.
Para ser un buen maestro no sólo se requerirá de un mejor dominio de las nuevas realidades tecnológicas.
El maestro del siglo XXI deberá ser, casi por obligación, un referente de conocimiento, experiencia y destreza digital. Alguien que domine los contenidos y además sepa inspirar, enseñar, guiar, entretener y motivar a sus alumnos.
Los jóvenes encuentran los conocimientos en internet. Ya no es el profesor el que más sabe y por tanto donde se debe buscar consejos para aprender.
Por ejemplo, la plataforma Youtube está llena de videos educativos con charlas de expertos y entretenidos maestros que explican casi todos los saberes que se imparten en las aulas.
El maestro del siglo XXI es aquel, que con los recursos que cuenta, puede enseñar a sus alumnos a pensar, sacar sus propias conclusiones, tener amor al conocimiento, saber discernir sobre los datos e informaciones disponibles en Internet y que pueda desarrollar en sus estudiantes competencias y destrezas del siglo XXI como la capacidad de comunicarse y trabajar en equipo.
Las tecnologías de la información son las plataformas sobre las que se ha construido nuestro estilo de vida digital. Ellas son, en manos de un buen maestro, instrumentos poderosos que potencian al máximo los aprendizajes de nuestros estudiantes. Es el tiempo de un nuevo tipo de maestro. E
s tiempo del docente del siglo XXI.