Medellín (Colombia).- Unos 15 robots recorren las calles de Medellín para realizar entregas de pedidos a domicilios como parte de un plan piloto puesto en marcha por las compañías colombianas Rappi y KiwiBot para evitar el contacto persona-persona en medio la cuarentena para combatir el coronavirus.
Este desarrollo tecnológico, que inicialmente prueban en el barrio El Poblado, ha permitido la entrega de cerca de 120 órdenes a domicilio en el primer periodo de operación.
«Estamos explorando esta alternativa, que en el contexto del coronavirus toma más notoriedad al hacer una entrega sin contacto», dijo a Efe el gerente general de Rappi para Colombia, Matías Laks.
SERVICIO INNOVADOR
Laks explicó que al llegar la orden a Rappi -aplicación de reparto a domicilio-, el pedido es «ruteado» a un robot que, una vez tiene el paquete en su interior, inicia de forma autónoma el proceso de entrega.
«A la poca gente que está en la calle le llama mucho la atención estas cosas chiquitas que van solas. Ha sido muy divertido», contó el vocero de Rappi, que además detalló que el usuario solo se entera que su repartidor es un robot cuando le llega el pedido.
«Genera un impacto muy positivo», agregó sobre ese sistema que, en fase de prueba, cumple recorridos cortos y transportan exclusivamente pedidos de restaurantes, realizados con pago por medios digitales.
Para él, este tipo de adelantos son habituales en Estados Unidos o países europeos y asiáticos, pero los usuarios no están acostumbrados a ver «este tipo de cosas sucediendo en Latinoamérica».
Sobre el tema de la limpieza, Laks detalló que mantienen el mismo protocolo utilizado con los repartidores, solo que en este caso es adaptado al dispositivo tecnológico: «el habitáculo del robot es desinfectado».
PEQUEÑOS DOMICILIARIOS
Los robots de KiwiBot, una compañía de origen colombiano que tiene su base en Estados Unidos y un centro de innovación en Medellín, cuentan con capacidad de 35 centímetros cuadrados, funcionan con batería eléctrica y pueden llevar hasta ocho kilos.
Estos pequeños carritos, que incluso «usan» impermeable para protegerse de la lluvia, cuentan con cuatro ruedas, GPS y sensores que le permiten circular sin contratiempos por las calles de Medellín, como lo hicieron por Berkeley (EE.UU.) cuando fueron testeados tres años atrás.
El presidente ejecutivo de KiwiBot, Felipe Chávez, señaló que «la nueva realidad a la que nos enfrentamos nos hace llevar a pensar en nuevas posibilidades».
FUTURO DE LA PRUEBA
Aunque inicialmente proyecta extender el piloto hasta julio, las compañías esperan «seguir explorando», medir resultados y ver que este sistema quede «estacionado» en este sector, para después extender este tipo de entrega a otras zonas de Medellín y a otras ciudades.
«Es una tecnología que se complementa a lo que tenemos», señaló el gerente de Rappi, quien enfatizó en que los robots no reemplazan «de ninguna forma» las entregas con ‘rappitenderos’.