orad por nosotros, pues confiamos en que tenemos una buena conciencia… Hebreos 13:18
La palabra robot fue introducida en la literatura en 1920, en la obra de teatro R.U.R. (Rossum’s Universal Robots), de Karel Capek, nacido en lo que hoy es la República Checa. Por la parte etimológica, viene de la palabra checa robota, que viene a significar “labor forzada”, servicio, esclavo…
El drama de la obra, es que el Sr. Rossum, que es el personaje principal, tiene una idea de utilizar robots en todos los trabajos que hacía el hombre. Esta idea se la transmite a su hijo y luego él hace los planos y comienzan los robots a cambiar al mundo.
Hoy esta novela, lo que parecía una ficción, es una realidad. Los robots existen. Este invento les ha dado un salto a la humanidad y es beneficioso.
Hay robots que manipulan grandes compuestos químicos, tenemos las grandes fábricas automotrices que con un solo operador construyen grandes flotas de autos. Hay robots que hablan, trabajan y corren. Esto está diseñado para imitar todas las acciones humanas.
Lo que nunca va tener un robot es conciencia. El hombre fue creado con una conciencia.
La Biblia cuando nos habla de conciencia, esta se deriva de dos palabras; primeramente la preposición sun que significa “con, junto con” y el verbo oída que quiere decir “conocer”. Así que literalmente el término quiere decir “conozco junto con, conocimiento”.
Es un conocimiento con uno mismo, ella está ligada junto a ti y entonces puedes conocerte y decir quién soy.
La conciencia es la facultad por medio de la cual llegamos a conocer a Dios, amar a otro, tener un justo juicio moral de tu conducta. La conciencia me dice que soy humano y no un robot.