En la foto los faroles que alumbran la zona casi estan a oscura por robo de los alambre eléctrico/foto: José de León
Santo Domingo.- El robo del cableado soterrado de la Zona Colonial, la inseguridad ciudadana, el caos vehicular y la falta de estacionamientos, representan los principales males que afectan a la más importante zona turística del Distrito Nacional.
Aunque la sustracción del tendido eléctrico es frecuente, durante la celebración de “Dominicana Moda”, diversas calles fueron dejadas a oscuras.
Días antes el Cabildo Capitalino había colocado más de cinco mil pies de alambres restableciendo áreas dejadas sin servicio eléctrico, y martes se repitió la escena: de las brigadas tuvieron que volver a reponerlo.
Pedro Manuel del Castillo, presidente de la Unión de Juntas de Vecinos de la Zona Colonial, mostró parte de los daños al cableado, como además la forma en que es adosado el cableado a las orillas de las casas, permitiendo la sustracción de energía por dueños de viviendas.
“Aquí se está robando en la Zona Colonial, ahí en la José Gabrirl García hay una señora a la que se le han metido tres veces en la casa y esa lo denuncia y dice que sí están esperando que la maten para prestarle atención”, denunció Castillo luego de insistir en que la seguridad del lugar debe ser más efectiva.
Deploró la falta de coordinación entre el Ayuntamiento del Distrito Nacional, la Policía Turística, la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre para enfrentar los problemas.
Insistió que desde que llegan los cruceros, las calles se quedan desprotegidas, como también después de las 6:00 de la tarde están huérfanos.
Huida de residentes
“Otra de las mayores preocupaciones es que la gran mayoría de las casas están en ventas, y los residentes originales son reemplazados por extranjeros, que compran los inmuebles para establecer negocios”.
Significó por igual que más de 50 por ciento de las viviendas carece de titulación ya que a partir de la Guerra de Abril del 65 muchas personas abandonaron la zona y quienes ocuparon las viviendas que quedaron en inmuebles desocupados, hicieron vida y no cuentan con documentos.
Muchos llevan hasta 50 años, y aunque eso no les validada el derecho como propietarios, sí debe darse le un trato considerado.