El premio nacional de literatura tiene nombre. Es Roberto Marcallé Abreu, un hijo de la entraña del pueblo.
Aunque ha publicado muchos trabajos literarios, sobre todo cuentos y novelas, logrando muchas menciones, la concesión del premio nacional de literatura –la más importante distinción para un escritor dominicano–, halaga a la crítica literaria al reconocer del escritor urbano, su canto como un pasaje robustecido de sentimientos y añoranzas por su barrio.
Nació en 1948, en la localidad de Villa Juana, en la calle Marcos Adón, entre las calles Tunti Cáceres y la Peña Batlle en Santo Domingo, otrora un centro de muchachos inquietos, preocupados por el futuro del país y los destinos propios.
Hijo de doña Aurelia Altagracia Abreu de Marcallé y de Pablo Marcallé González, ambos veganos, quienes procrearon cinco hijos, dos ya idos, marcado por la tragedia. Estudió el bachillerato en el colegio Calazán de Santo Domingo.
En sus novelas se recorre muy bien esa extraordinaria época. Esas calles de nostalgia, taciturnas, sin más atractivos que observar las manifestaciones del colegio Don Bosco, la casa de Petán Trujillo, el camino al cine de La Voz Dominicana, la radioemisora más moderna de República Dominicana.
Y hay más: el recuerdo de los “teatros” de la calle Amado García Guerrero, las películas que allí se veía estaban llenas del mismo material de vida del autor; el oratorio San Juan Bosco, Gazcue, la San Martin, la 30 de Marzo y los alrededores del colegio que siempre se ocultaron en la memoria. Unas tras una, vemos el origen de Roberto Marcallé Abreu en sus novelas.
Lo podemos comprobar en “Las dos muertes de José Inirio” (1972), “El minúsculo infierno del señor Lukas” (1973) y “Las calles enemigas” (2012).
Miembro del Movimiento Cultural Universitario, al unísono que también fueron integrantes destacados intelectuales como Edgardo Hernández Mejía, actual juez de la Suprema Corte de Justicia, Guillermo Piña Contreras, actual embajador del país en los Países Bajos. Su nombre llena casi todas las antologías de novelistas dominicanos.
Ha cosechado innumerables premios, que sirven para aclarar que ya no es más un Premio Nacional de Novela, sino el Premio Nacional de Literatura 2015.
Fue Primer Premio Novela, Concurso Anual de Literatura Secretaría de Educación, 1979 con “Cinco bailadores sobre la tumba caliente del licenciado”; Primer Premio Novela, Concurso Anual de Literatura, Secretaría de Educación, 1999, con “Las siempre insólitas cartas del destino”; Primer Premio Novela, Concurso de Literatura, Ministerio de Cultura, 2013, con “La manipulación de los espejos”; Premio Novela, Concurso de la Universidad Central del Este (UCE), 2012, con la novela “Las calles enemigas”; Premio único de Cuentos, Concurso Sociedad Literaria Renovación, Puerto Plata, abril de 2006, con el libro de historia “Gente de estos tiempos”.
Posteriormente se cambió el nombre del libro a “Desdicha, enfermedad y muerte cortesía del señor Marcelino Ozoria”; Premio Novela Movimiento Cultural Universitario (MCU), 1968-1970 con “La soga”; Premio Cuento Movimiento Cultural Universitario con “Satanás suele ser puntual”, 1969; Mención honorífica Agrupación Cultural La Máscara, 1972 con la historia “El Jurado”, entre otros.