Madrid.- “La mucama de Omicunlé” consagró en 2015 a Rita Indiana como un referente de la literatura caribeña. Vuelve con una historia derivada de aquella, “Hecho en Saturno”, un retrato de “esa generación X que quedó ‘asanwichada’ entre los millennials y la revolución exitosa y fracasada de los baby boomers».
Mientras que Indiana (Santo Domingo, 1977) ambientaba “La mucama de Ominculé” en un lejano 2024, en “Hecho en Saturno” se centra en un presente casi inmediato, explica en una entrevista con Efe la escritora, compositora y cantante.
Esta novela, editada por Periférica, transcurre entre Cuba y su país natal y representa a toda una generación universal a través de su protagonista.
Argenis Luna ya tuvo un papel “protagónico secundario” en “La mucama de Ominculé”, pero ahora se convierte en personaje absoluto de una obra en la que está siempre presente Francisco de Goya y su “Saturno devorando a su hijo” y que, adelanta Indiana, se convertirá en una trilogía. “Es un personaje, de alguna forma, universal.
En cualquier país se encuentra un Argenis como hijo de esas ideologías un poco devastadas del siglo XX, buscando su lugar en el mundo”, explica la escritora.
Argenis Luna, hijo de un revolucionario reconvertido en político durante el “capitalismo tardío” en el Partido de Liberación Dominicano, es enviado a Cuba para desintoxicarse, lejos de la vergüenza mediática que supondría para José Alfredo Luna que el pueblo descubriese que su hijo menor es un “tecato” -drogadicto-.
“Este capitalismo tardío es como una trampa. Uno se encuentra con estos personajes, como el papá de Argenis, un tipo que en su juventud sí tenía unos ideales por los que vivía y por los que hubiese sacrificado su vida con gusto. Pero se convierte en su antítesis después que finalmente llega a palacio -la presidencia-”, comenta la autora.
El protagonista, con frases lapidarias como “tanta sangre derramada para comer langostas”, se retratar no solo a sí mismo como hijo de esa generación sino a esos mismos revolucionarios que fueron devorados, como Saturno hizo, por una dictadura de la que “no se habla mucho”, dice en referencia a Joaquín Balaguer -presidente en tres períodos entre 1960 y 1996-.
“Siempre se conoce la dictadura de Trujillo, pero en el libro hablo de una generación que vivió los 12 años de Balaguer, que fue el heredero de Trujillo, pero no se le conoce como un dictador porque tuvo una oportunidad de ‘redimirse’ en los 90”, comenta Indiana.
“Vivieron esa época en la que mataron muchísimos estudiantes, muchísimos intelectuales, periodistas. Con un plan específico- acabar con la generación del pensamiento, la gente que iba traer un cambio”, apostilla la autora de otros títulos como “Papi».
Los que quedaron, añade, “se ubicaron de alguna forma en el status quo y dieron continuidad al proyecto balaguerista, cuando se encontraron ya en el palacio, se transformaron en lo mismo que combatían”, como los cerdos de “Rebelión en la granja” de George Orwell.
Así, Indiana va trazando un cuadro de la sociedad de República Dominicana, llena de contrastes entre la pobreza máxima y la opulencia a costa de las arcas públicas, siempre con la figura de Saturno orbitando alrededor porque, “desde pequeñita”, la escritora es “fanática de la mitología griega y romana».
“Es algo que vengo trabajando ya desde la novela anterior, pero aquí es un poco más en plan sátira, tal vez. El tema de la realidad que se come a la gente, y el tiempo se come sus expectativas y sus ideales.
De ese afán de poseer cosas, que se comió a los héroes de mi país, a los héroes que se quedaron vivos y a la generación de los 70”, comenta acerca de ese Saturno omnipresente.
“La mucama de Omicunlé” se convirtió en la primera novela escrita en castellano en ser galardonada con el Gran Premio de Literatura de la Asociación de Escritores del Caribe, y fue finalista del II Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa.
“Era una novela súper experimental, fragmentada, un vaivén total con muchos personajes, muchos tiempos”, reconoce Indiana, y añade que con “Hecho en Saturno” quería hacer algo “completamente diferente”, y por esto esta es “súper lineal, con un solo personaje principal, de una lectura mucho más fácil».