Después de los rimbombantes anuncios y la exuberante publicidad, la actuación de Julio César Chávez Jr. ante Saúl “Canelo” Álvarez en su enfrentamiento el pasado sábado, es una verdadera vergüenza para el buen boxeo.
Nunca antes una pelea había sido tan bien publicitada en América Latina, en especial en México, de donde ambos son nativos, para que uno de sus protagonistas realizara un papelazo tan ridículo.
Chávez padre no debe, después de las bravuconadas sobre la excelente capacidad que anunció traería su hijo, sacar la cara en público, dado que Junior se comportó más como un payaso que como un ex campeón mundial.
El público que a principio de la velada, a la que asistieron más de 20 mil, lo recibió con prolongados vítores, al final lo abucheaba porque no lanzaba golpes, mientras los cañores de Canelo les llegaban todos.
Lo único bueno que dejó ese choque, fue que Álvarez enfrentará el 16 de septiembre a Gennary Golovkin,que sí debe llenar todas las expectativas que busca el fanático del boxeo.
Mientras tanto, Chávez Jr. se hizo de la forma más desafortunada y ridícula,, de una bolsa superior a los seis millones de dólares.