Las personas que no duermen en completa oscuridad tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y oncológicas, informa RIA Novosti citando a tres científicos rusos que realizan estudios sobre el sueño.
Iluminación excesiva lleva a enfermedades oncológicas
«Ahora, cada vez más datos indican que existe una conexión bastante clara entre la iluminación excesiva, sobre todo en las grandes ciudades, y el riesgo de desarrollar enfermedades, principalmente enfermedades cardiovasculares y oncológicas», ha afirmado el director del Centro de la Medicina del Sueño de la Universidad Estatal de Moscú, Alexánder Kalinkin.
Según ese somnólogo, cada célula en nuestro cuerpo contiene su propio reloj. Es decir, la naturaleza cíclica de algunos procesos en el organismo difiere del ciclo de 24 horas.
Por lo tanto es muy importante el rol que desempeña la hormona melatonina: sincronizar todos estos procesos. Kalinkin ha explicado que la luz es el principal regulador de la producción de la melatonina.
La luz excesiva procedente de la iluminación brillante de ordenadores o ‘gadgets’ que solemos usar por la noche «desplaza la fase de producción de melatonina a horas posteriores» y causa problemas con el sueño en las personas, explicó.
«Cuando dormimos, no solo cambia el funcionamiento de los sistemas funcionales como el cardiovascular, respiratorio, etc., sino también la actividad del genoma, la actividad de ciertos genes», ha relatado Kalinkin.
La luz solar reinicia nuestro reloj biológico
A su vez, el investigador jefe del Instituto de Ecología y Evolución de la Academia de Ciencias de Rusia, Vladímir Kovalzón, ha afirmado que muchos estudios muestran que las personas que se despiertan antes de que salga el sol, tienen más alto el riesgo de tener deteriorada su inmunidad y sufrir depresión.
«Nuestro cuerpo fue diseñado para que nos levantemos después del amanecer, con el brillo del sol, porque su luz reinicia nuestro reloj biológico», ha explicado Kovalzón. Ha acotado que la luz eléctrica es muy diferente de la solar y no tiene la capacidad de reiniciar el reloj biológico.
Hora óptima para conciliar el sueño
A su vez, Mijaíl Poluéktov, jefe del departamento de medicina del sueño de la Primera Universidad Médica Estatal de Moscú, ha afirmado que reemplazar el sueño por cualquier tipo de actividad contradice el trabajo del reloj interno del cuerpo.
«Independientemente de si queremos o no queremos dormir, las células de nuestro cuerpo en la oscuridad pasan al modo nocturno, esto está controlado por el mecanismo genético que está dentro de cada célula. No importa cuántas veces intentemos cambiar nuestros biorritmos habituales con nuestro comportamiento, no podremos hacerlo», ha sostenido Poluéktov. Si una persona trabaja de noche y duerme durante el día, eso lleva a una discordancia en los procesos de su organismo, ha detallado el experto.
«A las 21:00-22:00 horas comienza la secreción de la hormona melatonina. Después de las 22:00, cuando su nivel es lo suficientemente alto, se crean las condiciones más óptimas para conciliar el sueño. Además, el ritmo de la temperatura corporal es importante y comienza a cambiar en las horas de la noche: la temperatura interna del cuerpo desciende y en consecuencia esto facilita conciliar el sueño. Ocurre después de las 22:00 horas», ha manifestado Poluéktov.
El académico ha apuntado a que, según la Organización Mundial de la Salud, el trabajo de noche por turnos está relacionado con el riesgo de padecer cáncer.
Además, ha relatado que los científicos habían realizado investigaciones en sociedades primitivas, en tribus de África y América del Sur, y que los datos indicaron que el momento de quedarse dormidos no estaba determinado por el momento de la salida y la puesta del sol, sino solo por la disminución y el aumento de la temperatura interna del cuerpo.
Tomado de Actualidad RT