Es probable que muchas personas se pregunten si su cepillado dental es lo suficientemente bueno como para poder catalogar su boca como un ambiente limpio.
Algunos pacientes alegan que no comprenden el por qué de sus enfermedades bucales ya que suelen cepillarse varias veces al día. La verdad es que una boca puede parecer limpia y en realidad no estarlo, y que el cepillado incorrecto es casi lo mismo que el no haberse cepillado.
Un punto desfavorable es que la placa bacteriana (sarro) es invisible, lo que nos impide ver si al cepillarnos hemos dejado la superficie de los dientes libre de dicha placa.
La manera más fácil de sacarnos de dudas es utilizando un revelador de placa, el cual es una sustancia que contiene un colorante (eritrosina o fluoresceína sódica). Podemos encontrar el revelador en las farmacias, en presentación tanto líquida como en pastillas para chupar, ya que no debe ser ingerido en ningún momento, solo frotarlo con la lengua alrededor de los dientes. Al cabo de algunos segundos el revelador hará visible las zonas donde existe placa.
Un revelador es capaz de teñir de color rosado la placa bacteriana sobre nuestros dientes, con esta tinción podemos detectar el sarro y repasar con el cepillo las áreas teñidas.
Este producto puede ser utilizado por aquellas personas que están inseguros de su maniobra de cepillado, también por los niños ya que sería una buena idea para incentivarlos a cepillarse mejor, de igual manera aquellos pacientes que portan braces u otros aparatos ortodónticos que puedan dificultar un poco la eficiencia del cepillado deberían usar reveladores de placa para cerciorarse de su higiene.
Dios les bendiga abundantemente.
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