Retretes primero, luego templos

Retretes primero, luego templos

Retretes primero, luego templos

Dunia De Windt

El título de este artículo fue una de las variopintas promesas que el Primer Ministro de la mayor democracia del mundo en número de votantes, India, se comprometió en la reciente campaña electoral en el que resultó ganador de la contienda.

Shri Narendra Modi, nacionalista, está empeñado no sólo en colocar baños en un inmenso país de más de 1,200 millones de seres humanos donde un 54% carece del mismo.

También ha puesto en marcha una férrea campaña de limpieza nacional por parte de los mismos indios bajo el eslogan de una “India limpia”.

India, una nación inmensa, es un lugar donde confluyen dos mundos. Esos mundos forman parte del pensamiento de Modi, un hombre decidido a sacar a flote en los escenarios internacionales no solo a un país considerado desde hace tiempo como un gigante mercado o una potencia nuclear, quiere que India sea un vital socio tecnológico y tenga opinión mundial a la par de China.

Hablamos de India, el mayor exportador del mundo de inteligencia informática y uno de los proveedores de Silicon Valley, en Estados Unidos.

De hecho, recientemente India envió al espacio un nuevo satélite en la órbita de Marte por la suma de 54 millones de dólares, demostrando su capacidad y de que puede aventurarse a cualquier propósito que desee.

Modi está empeñado en limpiar el país de tanta suciedad y llenarla de retretes, pero vale la pena recordar que este gigante asiático y su primer ministro también tiene otras eternas luchas internas por solucionar de alguna manera, como las violaciones indiscriminadas de niñas y mujeres, asesinatos despiadados, las aberrantes castas en su sociedad, la violencia intrafamiliar, millones de analfabetos e indigentes como en ningún otro lugar, focos de pobreza extrema, etc… No sólo es la imagen hacia fuera que da una nación también importan sus problemas internos y la reducción de los mismos.



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