Nueva York. Desde el repunte de casos de covid-19, impulsados por la variante Ómicron, las autoridades de salud del estado de Nueva York distribuyeron millones de mascarillas KN95, sin embargo, hoy comenzaron a retirarlas porque “se puso en duda su efectividad”.
El Departamento de Salud del estado envió las KN95 a los condados luego del mandato estatal de uso de mascarillas para espacios públicos interiores, mismo que entró en vigencia en diciembre y se extenderá, al menos, hasta el 1 de febrero.
Dichos cubrebocas están diseñados para brindar un alto nivel de protección contra el covid-19, gracias a las fibras delgadas del material que pueden bloquear pequeñas partículas en el aire.
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Sin embargo, 250,000 de las aproximadamente 5 millones de mascarillas KN95 distribuidas en Nueva York hasta ahora, se están retirando desde que surgieron dudas sobre la calidad.
“El Estado ha distribuido millones de mascarillas a los condados para escuelas, bibliotecas y otras instalaciones públicas, una pequeña parte de las cuales son los cubrebocas en cuestión”, dijo la portavoz del Departamento de Salud, Erin Silk, en un comunicado esta semana.
“Se contactó a los condados afectados y se les pidió que retiraran las mascarillas en cuestión y se enviarán nuevas para su reemplazo inmediato”, agregó Erin Silk.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades desalentaron inicialmente a los residentes a usar mascarillas KN95 por temor a que se agotaran las reservas para los trabajadores de la salud, pero la agencia ahora está considerando recomendar esos cubrebocas en medio de la variante Ómicron altamente contagiosa.
Los condados más afectados
Aproximadamente 180,000 mascarillas “de mala calidad” llegaron al condado de Monroe, de un total de 337,620 distribuidas.
Unos 30,000 cubrebocas fueron al condado de Madison, entre Syracuse y Utica, y otros 36,000 al condado de Niágara, en el oeste de Nueva York.