Es resaltable como las islas del Caribe hacen permanentes esfuerzos por insertarse en los escenarios del deporte internacional en diferentes disciplinas.
El ejemplo de Jamaica en el atletismo es el que más a la vista está, pero otras naciones como Islas Vírgenes, Bahamas, Trinidad y Tobago, Barbados, han incursionado con algún éxito en fútbol, baloncesto y voleibol, por sólo mencionar algunos casos.
Sin embargo, me ha llamado la atención dos resultados recientes en eventos internacionales que me han dejado un sabor extraño y amargo, aunque se trata de justas en categorías menores.
En el pasado Campeonato Centrobásquet U-15 (categoría por debajo de 15 años) celebrado en Puerto Rico, la selección de República Dominicana derrotó a Guyana con una abultada ventaja de 106 puntos (118-12), aunque luzca una historieta de Ripley.
Y más reciente, en el Campeonato Norceca de Voleibol sub-18 (categoría por debajo de 18 años) que se realiza actualmente en Puerto Rico, el representativo de México superó a Saint Martin con pizarrón de 25-1, 25-6, 25-2. ¡Increíble e inconcebible!
Hay que revisar el sistema de clasificación de esos eventos, ya que esos resultados no se compadecen con el avance y las transformaciones que ha tenido la actividad deportiva a través de una tecnología de comunicación de última generación.
Sin dejar de reconocer los esfuerzos realizados por esas naciones en pleno siglo 21 no se compadece que la prensa tenga que publicar esos resultados en deportes que tienen más de cien años de historia. Además de que debe resultar frustratorio para los jóvenes atletas.