Respirar

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Respirar

Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.

Inhalar y exhalar, inhalar y exhalar; e inhalar y exhalar. Respirar es una acción que, además de ser esencial para vivir, nos puede ayudar a afrontar las situaciones que se nos presenten. Con la sola acción de detenernos a respirar podemos ver las cosas con una perspectivas diferente, en especial cuando estamos enojados.

Diversas actitudes y reacciones, como el miedo, prisa, tensión, incertidumbre y enojo -por citar algunas-, pueden comprometer nuestro sistema respiratorio e impedirnos reaccionar correctamente antes las situaciones que no podemos manejar.

Todos debemos saber o recordar que la forma en la que respiramos influye directamente en nuestra actividad cerebral, porque la respiración tiene conexiones directas con distintas partes de la corteza cerebral, donde se gesta el pensamiento, percepción o imaginación; es la zona del cerebro que está implicada en los procesos de aprendizaje, atención y memoria.

Aprender a respirar de manera consciente, más allá de la acción de sobrevivir, nos da energía, tranquiliza el sistema nervioso al producir mayor oxigenación, ralentizando el ritmo cardíaco y aumentando la circulación. Y es que la respiración adecuada proporciona calma, relajación y quietud mental.

Una investigación médica, publicada en la revista Journal Neurophysiology , avaló científicamente que el cerebro reacciona de forma distinta al cambiar voluntariamente la manera de respirar, porque la actividad cerebral cambia si se respira profundo o si bien lo hacemos sin más, de forma automática.

Respirar más rápido o más profundamente de forma voluntaria, capacidad propia de los humanos, o hacerlo sin control ante un ataque de angustia, implica distintas partes del cerebro, inaccesibles, y esto abre una sinfín de opciones para aprender a controlar mejor las emociones o entender algunas reacciones de nuestro comportamiento.

Hace mucho tiempo aprendí que, en momentos de estrés, enojo y angustia, mi respiración es clave para encontrar la calma y la claridad, y debe ser corta y acelerada; mientras que, para relajarme, lograr paz y tranquilidad, debo hacerla más larga y profunda.