Las grandes potencias han impuesto una cultura de odio, exclusión, discriminación, explotación y depredación que están generando guerras, genocidios, masacres, limpiezas étnicas, contra pueblos indefensos con el objetivo fundamental de hegemonizar los territorios ocupados por esos pueblos y sustraerle sus riquezas naturales.
Han generado anti valores que se han convertido en paradigmas ideológicos que generan un individualismo exagerado, “sálvese quien pueda”, una subcultura que evoca los tiempos de Al Capone y las bandas gansteriles que azotaron varios Estados estadounidenses en los años 20 y 30 del siglo pasado.
Han destruido países otroraprósperos y lo han convertido en Estados fallidos, ingobernables, mediante ataques aéreos supuestamente “preventivos” cuyo móvil fue apropiarse de sus recursos petrolíferos y acuíferos, y dominar zonas estratégicas del norte de África y el medio oriente.
El fascismo ha resurgido en Europa con una fuerza tal que se impuso en Ucrania con la ayuda de Estados y sus aliados. Israel actúa contra el pueblo palestino tal y como lo hizo Hitler contra los judíos.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte, constituida por los Estados Unidos y sus aliados, representan los mismos intereses que en su momento personificaban Hitler, Mussolini e Hirohito.
El actual escenario internacional es muy parecido a los años previos a la II Guerra Mundial.
Nuestro país “no se ha quedado atrás”. El gobierno y sus palancas han querido “cortar la soga por lo más fino” al tratar de imponer una política anti haitianafascistoide, que ha sido rechazada tanto en el plano local como internacional.
El gobierno ha asumido una actitud muy distinta con las transnacionales imperiales: total sumisión y facilitación de concesiones mineras a todo lo largo y ancho del territorio nacional, para la explotación de nuestras riquezas auríferas sin tomar en consideración que el oro es un recurso económico estratégico para el desarrollo de nuestro país, como lo es el petróleo, por ejemplo, para Venezuela.
De igual modo, el gobierno peledeísta se ha arrodillado ante el FMI y le ha entregado nuestra soberanía económica, de modo tal que es esa institución financiera internacionalquien rige los destinos económicos de la nación.
El gobierno ha firmado un tratado con Estados Unidos, el DR-CAFTA, que le permite a exportar hacia nuestro país todo tipo de mercaderías sin pagar ningún impuesto, lo cual facilita una competencia desleal con el productor local, poniéndolo en desventaja frente a los productores estadounidensesy peligrando el aparato productivo nacional.
Ante un escenario internacional y local tan sombrío es necesario levantar las banderas de la paz, la equidad, la inclusión, la solidaridad, la honestidad, el respeto a la dignidad humana, y al hábitatque nos cobija y del cual surgen todas las riquezas.
