Respetar la dignidad humana

Respetar la dignidad humana

Respetar la dignidad humana

Federico Alberto Cuello

RD acaba de ingresar junto a Brasil al Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
En la votación, Cuba logró reelegirse por un segundo mandato consecutivo de tres años.
Otros 5 países latinoamericanos continuarán hasta el 2024 (Argentina, Honduras y Paraguay) y 2025 (Chile y Costa Rica).

Promover y proteger los derechos humanos es un objetivo fundamental de la ONU, cuya carta menciona el término 7 veces.

El Consejo se creó en 2006 para abordar las violaciones a los derechos humanos, responder a las emergencias que surjan y formular recomendaciones sobre cómo mejorar su observancia.

El Consejo actúa a través de informes periódicos universales sobre cada miembro de la ONU, comisiones de investigación y relatores especiales.

El Consejo reemplazó en el año 2006 a la Comisión de la ONU sobre derechos humanos, organismo que funcionó por 60 años.

Entre los miembros de la Comisión había países con un récord más bien pobre en la materia. Quizá por ello se les acusaba de perpetuarse en la Comisión – reeligiéndose año tras año – para evitar posibles condenas derivadas del irrespeto que a nivel nacional daban a sus normas.

Son ahora los 193 miembros de la Asamblea General los que eligen el Consejo. Los de la Comisión eran anteriormente seleccionados por los 54 del ECOSOC.

Mientras que la Comisión tenía 53 miembros, el Consejo tiene ahora 47.
Por último, no se permite la reelección consecutiva de un país después de dos períodos de tres años en el Consejo.
Ingresar al Consejo acarrea la obligación de cumplir y hacer cumplir los acuerdos administrados y las resoluciones adoptadas por dicho organismo, relativos a derechos civiles y políticos, derechos económicos, sociales y culturales, derechos del niño, desapariciones forzosas, discriminación contra la mujer, discriminación racial, emigrantes y sus familiares, medio ambiente limpio, sano y sostenible, personas con discapacidad y tortura.

Ingresar al Consejo es un importante logro de política exterior, pues permitirá a la RD ampliar sus experiencias sobre diplomacia multilateral, forjadas al calor de sus repetidas y exitosas membresías en organismos como el Consejo de Administración de la OIT, el Comité Ejecutivo de la OMS, la 3ra Comisión de la Asamblea General y en el liderazgo demostrado en la OEA desde 1996.

Un país que heredó el legado de Fray Antón de Montesinos y Fray Bartolomé de las Casas, impulsores en su territorio de las primeras luchas por los derechos humanos en el mundo, plasmadas luego en las leyes de indias.
Un país que tuvo una de las cuatro mujeres firmantes de la carta de la ONU, la embajadora Minerva Bernardino, autora del término “derechos humanos”, hasta entonces conocido como “derechos del hombre”.

Un país que, por mandato constitucional, se rige por la no discriminación, procurando su desarrollo humano, a través del crecimiento económico, redistribución de la riqueza, justicia social, equidad, cohesión social y territorial y sostenibilidad ambiental, en un marco de libre competencia, igualdad de oportunidades, responsabilidad social, participación y solidaridad.

Un país, en suma, apegado al imperio de la ley, que espera predicar en el Consejo lo que en casa practica: el respeto de la dignidad humana.



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