Cientos de personas fueron rescatadas de un centro en Filipinas donde las obligaban a hacerse pasar por amantes en línea.
La policía local dijo que allanó el centro el jueves y rescató a 383 filipinos, 202 chinos y otros 73 de varias nacionalidades.
El centro, localizado unos 100 kilómetros al norte de Manila en el municipio de Bambán, se hacía pasar ante las autoridades por una empresa de juegos de azar en internet.
El sudeste asiático se ha convertido en un polo de centros dedicados a fraudes, donde a menudo los propios estafadores quedan atrapados y terminan siendo obligados a realizar actividades delictivas.
Personas jóvenes y conocedoras de la tecnología se ven atraídas por estas operaciones ilegales, que van desde el lavado de dinero y el fraude criptográfico hasta las llamadas «estafas amorosas», también conocidas como estafas de «carnicería de cerdos», en referencia a la práctica de engordar cerdos antes de sacrificarlos.
Por lo general, el estafador adopta una identidad falsa para ganarse el afecto y la confianza de su víctima y luego utiliza la ilusión de una relación romántica o íntima para manipular o robar a la víctima.
El objetivo, en la mayoría de los casos, es persuadir a la víctima de que invierta en planes o negocios falsos.
La fuga de una víctima
La redada cerca de Manila se desencadenó por el aviso de un vietnamita que logró huir del centro el mes pasado, informó la policía filipina.
El hombre, de unos 30 años, llegó a Filipinas en enero de este año, después de que le ofrecieran un supuesto trabajo de chef, explicó Winston Casio, portavoz de la comisión presidencial contra el crimen organizado de Filipinas.
Sin embargo, el hombre se dio cuenta pronto de que, al igual que cientos de personas más, había sido víctima de traficantes de personas que hacían estafas amorosas y con criptomonedas.
Las personas atrapadas en el centro de Bambán se vieron obligadas a enviar «dulces» a sus víctimas, muchas de las cuales eran chinas, detalló Casio. Además, les preguntaban cómo habían pasado el día y si habían comido bien. También enviaban fotos de sí mismos para cultivar la relación.
Casio dijo que quienes dirigían los centros de estafa atrapaban a «hombres y mujeres guapos para atraer [a las víctimas]».
El 28 de febrero pasado, el vietnamita escapó de las instalaciones trepando un muro, cruzando un río y buscando refugio en una granja. El dueño de la finca lo denunció a la policía.
El hombre tenía signos de tortura, incluidas cicatrices y marcas de electrocución, precisó Casio, cuyo equipo visitó al hombre a principios de este mes.
El portavoz presidencial añadió que varios otros intentaron escapar, pero siempre fueron capturados.
Víctimas «conmocionadas»
La policía también confiscó tres escopetas, una pistola de 9 mm, dos revólveres calibre .38 y 42 cartuchos de munición real en el centro.
Casio dijo que las autoridades se encuentran en las etapas iniciales de la investigación, ya que la mayoría de los rescatados en la redada todavía están «conmocionados».
En mayo del año pasado, las autoridades filipinas rescataron a más de 1.000 personas que estaban cautivas y eran obligadas a hacer estafas por internet dentro de una zona de puerto franco en Clark, una ciudad también al norte de Manila, en lo que sigue siendo la mayor redada hasta la fecha.
Un informe de la ONU de agosto pasado estimó que cientos de miles de personas en el mundo han sido traficadas al sudeste asiático para hacer estafas por internet.
La BBC ha entrevistado anteriormente a personas que han sido víctimas de estas redes criminales.
Muchos han dicho que viajaron a países del sudeste asiático como Camboya y Myanmar por anuncios de empleo y promesas de beneficios. Una vez allí, quedan atrapados y son amenazados si se niegan a participar en las estafas.
Los fugitivos y sobrevivientes han denunciado torturas y tratos inhumanos.
Los gobiernos de toda Asia, desde Indonesia hasta Taiwán, han expresado alarma por el aumento de estos centros de estafa.
Embajadas extranjeras en países como Camboya y Tailandia, por ejemplo, advierten a sus ciudadanos que tengan cuidado de no ser atraídos hacia los centros de estafa.
China anunció recompensas públicas para capturar a los «señores de la guerra» que administraban centros de estafa en la frontera con Myanmar. Estos centros estaban dirigidos por familias de la mafia china para estafar a ciudadanos chinos.
Muchos de los detenidos fueron entregados a China en los últimos meses.
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