Republicanos crean riesgos al fomentar dudas sobre elección

Republicanos crean riesgos al fomentar dudas sobre elección

Republicanos crean riesgos al fomentar dudas sobre elección

WASHINGTON.-Al respaldar las acusaciones infundadas del presidente Donald Trump de que hubo fraude en las elecciones del pasado 3 de noviembre, los republicanos crean el riesgo de permitir que millones de ciudadanos crean que los resultados de la elección de 2020 son ilegítimos y posiblemente de eso se trata.

Ninguno de los recursos legales de Trump ha sacado a luz irregularidades en la elección que pudieran revertir los resultados.

Adicionalmente, algunos legisladores y dirigentes republicanos reconocen en privado que Trump no tiene alternativa: el 20 de enero deberá hacerse a un lado y ceder el poder al presidente electo Joe Biden.

Pero Trump está haciendo todo lo contrario de allanar el camino de Biden hacia su juramentación.

Trata de bloquearlo, esparciendo desinformación y mentiras.

Por eso, es casi seguro que algunos votantes considerarán a Biden un presidente ilegítimo y le negarán ese período inicial de buena voluntad del que suelen gozar los presidentes nuevos.

El desafío para Biden es aún mayor, sobre todo si los republicanos conservan el control del Senado, al tratar de aplicar su plan para detener la pandemia de coronavirus y reactivar la economía.

“Intentan negar legitimidad a esta elección y con ello negar legitimidad a la presidencia del presidente electo Biden”, dijo Valerie Jarrett, quien fue asesora del presidente Barack Obama.

“Le hace daño a la democracia.

Una vez más, anteponen sus intereses políticos de corto plazo a los intereses del país”.

La estrategia republicana recuerda la actitud del partido ante la victoria de Obama en 2008, por 9,5 millones de votos de diferencia y con 395 votos en el Colegio Electoral.

Los republicanos permitieron que se difundieran las mentiras acerca de la ciudadanía de Obama y millones de estadounidenses tuvieron la impresión de que el primer presidente negro podría no ser legítimo.

El principal difusor del movimiento “Birther” —según el cual Obama nació fuera de Estados Unidos y por lo tanto no cumplía esa condición fundamental para ser presidente— fue, desde luego, Trump.

Más de un decenio después, los republicanos se ven nuevamente ante la alternativa de hacerse eco o no de las mentiras de Trump para obtener ventajas políticas.

Hasta el momento, pocos han respondido a sus afirmaciones o criticado todo lo que hace para obstaculizar la transición.

El líder del bloque mayoritario en el Senado, Mitch McConnell, dijo que no había “motivos para alarmarse” pese a que Trump se ha negado a reconocer su derrota.

El senador Mike Rounds rechazó que los republicanos estén difundiendo teorías conspirativas y dijo que “hacemos exactamente lo que los Padres de la Patria querían que se hiciera, que es someterse al imperio de la ley”.

Incluso los que han tomado posición contra Trump admiten un margen de duda frente a la victoria de Biden.

“Es importante demostrar confianza en nuestras instituciones, nuestra capacidad de investigar denuncias y cuando eso termine, creo que el desenlace de lejos más probable es que no habrá cambios sustanciales en el recuento”, dijo el senador republicano Mitt Romney.

Pero la victoria de Biden no está en duda.

Ha superado los 270 votos en el Colegio Electoral, el mínimo necesario para llegar a la Casa Blanca. No han surgido pruebas de fraude generalizado ni irregularidades en la votación.

Las autoridades electorales estatales de ambos partidos dicen que la votación se desarrolló normalmente a pesar de la pandemia.

Los observadores internacionales coinciden en que no hubo problemas dignos de mención. Pero Trump asegura, reiteradamente y sin fundamentos, que los demócratas le están robando la elección y que las cortes revertirán resultados una vez que investiguen sus denuncias.

Lo cierto es que no han salido a la luz problemas que pudieran alterar el resultado y los jueces han desestimado muchas de las denuncias.

Los republicanos han permitido que florezca la desinformación, impulsada por la prensa derechista y partidarios en internet.

Esta obstinación de Trump tiene sus consecuencias negativas prácticas.

Al impedir el acceso de Biden a los recursos habituales de la transición presidencial, Trump impide que el nuevo gobierno monte una ofensiva contra la pandemia que está asolando el país.

Su negativa a cooperar podría obstaculizar las investigaciones de antecedentes de los candidatos a ocupar puestos de alta seguridad.