Santo Domingo.- Las remesas recibidas en República Dominicana durante el mes de enero sumaron 874,1 millones de dólares, lo que supone un aumento del 9,0 % en comparación con el mismo mes del año anterior, y de un 15,1 % con respecto a enero de 2022, informó este domingo el Banco Central de la República Dominicana (BCRD).
El desempeño económico de los Estados Unidos fue uno de los principales factores que incidió sobre el comportamiento de las remesas, ya que desde ese país se originó el 85,7 % de los flujos formales del mes de enero, unos 641,1 millones, indicó la entidad en un comunicado.
España, el segundo país en cuanto al total de residentes de la diáspora dominicana en el exterior, envió remesas por un valor de 42,3 millones, un 5,7 % del total, seguido de Haití e Italia, con un 0,8 % y 0,7 % de los flujos recibidos, respectivamente, mientras que el resto de la recepción de remesas procede de países como Suiza, Canadá y Panamá, entre otros.
Las perspectivas del BCRD apuntan a una evolución favorable de los ingresos de divisas durante 2024, como lo han sido los ingresos de turismo, la inversión extranjera directa y las exportaciones, en conjunto con las remesas.
En cuanto a las remesas y los flujos de inversión extranjera directa, se estima que se ubiquen en torno a los 10,400 millones de dólares y a los 4.500 millones de dólares, respectivamente, al terminar el año.
Estos ingresos de divisas favorecen la estabilidad relativa del tipo de cambio que se observa en la actualidad, de tal manera que al cierre de enero 2024 la moneda nacional se depreció en un 1,2 % con respecto al cierre de 2023.
La institución resaltó que los mayores flujos de ingresos externos han permitido mantener un nivel adecuado de reservas internacionales, que al cierre de enero alcanzaron los 14.371,3 millones de dólares, que representa un 11,7 % del PIB y unos 5,1 meses de importaciones, por encima de los umbrales recomendados por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las remesas constituyen una línea de apoyo vital para las familias que las reciben e inciden directamente sobre la reducción de la pobreza y la desigualdad y se destinan, en un 94,3 %, a gastos del hogar, cifra en consonancia con estudios previamente realizados por el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA).