La economía dominicana superó lo peor de la crisis derivada de la pandemia con récords en sectores vitales como el turismo y las zonas francas, pero el Gobierno que surja de las elecciones del 19 de mayo deberá acometer importantes reformas que ayuden a elevar el bienestar social en un país aún con marcadas desigualdades.
Tras un crecimiento del 2,4 % en 2023, la economía dominicana se expandirá el doble este año, según las proyecciones de los organismos internacionales, mientras que la inflación se situó el año pasado en el 3,57 %, por debajo de la meta establecida por las autoridades nacionales.
Pese a esta buena marcha, la pobreza y la desigualdad siguen afectando el país, donde la tasa de pobreza monetaria general se ubica en el 23,0 % y la extrema en el 3,2 %, y donde el promedio de los salarios mínimos es de poco más de 300 dólares, con la canasta básica más económica en unos 450 dólares. Turismo y remesas, anclas de la recuperación.
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El presidente dominicano, Luis Abinader, quien se presenta a la reelección, asumió el cargo en agosto de 2020 en medio de la incertidumbre mundial a causa de la pandemia de coronavirus.
Una serie de medidas puestas en marcha por su Gobierno logró dar un empuje a sectores generadores de divisas, claves para la economía criolla, entre ellos el turismo, que no ha parado de crecer desde que las condiciones impuestas por la pandemia lo permitieron, destacó en declaraciones a EFE el economista Henri Hebrard.
Por ejemplo, la República Dominicana rompió las marcas en cuanto a llegada de turistas en 2023, con un total de 10,3 millones de visitas, que generaron 8.671 millones de dólares, otra hazaña para el país, que tiene en el turismo su principal fuente de divisas.
Un récord también rompieron las remesas, totalizando el año pasado 10.157 millones de dólares, la inversión extranjera directa (IED), que sumó 4.381 millones de dólares, o el sector zonas francas, cuyas exportaciones rebasaron los 8.000 millones de dólares.
La recuperación ha sido el fruto de decisiones “bien tomadas y bien implementadas”, afirmó Hebrard, también asesor financiero. El economista subrayó la decisión del Gobierno de “apostar a la recuperación del turismo y a la continuidad del sector”, una acción que llevó en mayo de 2022 a la Organización Mundial del Turismo (OMT) a reconocer a la República Dominicana por su “ejemplar» recuperación turística tras la covid-19. Crecimiento inclusivo y reformas pendientes.
Pero República Dominicana, con una de las economías más dinámicas del continente americano en las últimas dos décadas, tal y como apunta el Fondo Monetario Internacional (FMI), viene postergando desde hace años la aprobación de reformas estructurales.
Organismos como el Banco Mundial reconocen que, pese al crecimiento económico, varios sectores locales no han logrado, por ejemplo, generar empleos de calidad y propone mejorar el acceso a bienes y servicios básicos de calidad -en educación, salud, agua y electricidad- que ayuden a expandir las oportunidades económicas, aumentar la movilidad económica y proteger a los más vulnerables.
Abinader, quien según las encuestas parte como favorito para las elecciones de este mes, defiende que el país necesita de una “reforma tributaria integral”, para elevar la recaudación, pero no la ha presentado debido al rechazo de sectores económicos y políticos.
Su principal contendiente en los comicios según los sondeos, el expresidente dominicano Leonel Fernández, también favorece una reforma fiscal “progresista” que permita reducir gastos y enfrentar la evasión fiscal, pero que esto no implique necesariamente aumentar impuestos.
Independientemente de quién triunfe en las elecciones, el país caribeño necesita implementar varias reformas, entre ellas la fiscal, pero también una al sistema de seguridad social o una laboral, opinó Hebrard.
Acciones que ayuden a mejorar la calidad del empleo, en un país donde la informalidad laboral supera el 50 %. El que resulte ganador de las elecciones “tendrá una responsabilidad histórica de aprovechar el buen momento de la economía dominicana y el actual ciclo político, que no puede ser más perfecto” para acometer las reformas necesarias, concluyó el economista. EFE