República Dominicana de la polarización se acerca a la “crispación política”

República Dominicana de la polarización se acerca a la “crispación política”

República Dominicana de la polarización se acerca a la “crispación política”

Cecilia Rivera

En ocasiones anteriores he señalado algunas de las coincidencias entre México y Republica Dominicana. El ambiente político que se registra en la Dominicana indica que en poco tiempo podría tener otra coincidencia con México.

Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México quedó en el pasado la costumbre de “guardar las formas”. Se registra a nivel nacional un “juego político” que nunca se había visto en México.

Inauguró una nueva forma de comunicar que rompe los estándares que se habían adoptado desde tiempo atrás donde el cuidado del lenguaje fue uno de los rasgos distintivos en la comunicación política y en el intercambio de expresiones entre los distintos actores políticos y sociales mexicanos.

De la polarización, que ya existía desde hace varios años, ahora estamos ante un fenómeno identificado como “crispación política”. En la disputa política mexicana la construcción social de la realidad ha estado alcanzando niveles nunca antes vistos. AMLO ésta empeñado en dividir al país.

La crispación nacional se nutre de una narrativa presidencial, que es la estrategia de comunicación del propio gobierno. El 2024 es su prioridad. En México se va a elegir presidente, 128 senadores, 500 diputados federales, se renovarán nueve gubernaturas y como 30 congresos locales.

Ha dejado de gobernar y se ha convertido en un director de campaña, cargo que siempre ha parecido que a él le gusta más en lugar de hacer gobierno.

Diariamente desde Palacio Nacional, ataca a través de sus monólogos matutinos a integrantes de los partidos políticos, periodistas, medios de comunicación, integrantes de la sociedad civil o a las feministas. Cualquier puede servir como “cortina de humo”.

Los diferentes llamados a la construcción de puentes de comunicación, el reconocimiento a la diferencia y a la pluralidad, y a la inclusión no son escuchados.

AMLO y Morena (su partido) han pasado también de los críticas generales contra la oposición, a mostrar incluso rostros de legisladores que votan en contra de sus reformas , con el riesgo a ser atacados por sus seguidores.

Polariza a la sociedad y promueve la “crispación política”, haciendo que muchas personas, en las regiones, en las familas se confronten.

Que se cuide Luis Abinader

En Republica Dominicana las cosas no son muy diferentes. Pero la “crispación política” no será promovida desde el gobierno sino serán los adversarios de Abinader (‘los ex’) los que la promuevan.

La sociedad dominicana debe de estar alerta ante la campaña sistemática contra el gobierno de Abinader por parte de políticos de la oposición, algunos periodistas, medios de comunicación y hasta supuestos simpatizantes.

El mandatario por su parte debe de seguir mostrando que ha aprendido a tener un buen talante político. No debe de caer en provocaciones, debe de seguir  invitando a la oposición política a enriquecer la democracia y fortalecer la institucionalidad dominicana, haciendo propuestas acompañadas de soluciones.

Son y serán muchos los que buscarán impedir que Abinader pueda lograr un segundo mandato en las elecciones presidenciales de 2024.

Las redes sociales serán la principal herramienta que usarán sus opositores para lograr la “crispación política”. Ya han comenzado a mostrarse. Están preparando sus ataques. Las consecuencias serán graves y duraderas. En el 2024, México y República Dominicana una vez más con sus coincidencias.



Cecilia Rivera

Máster en Gestión de la Comunicación Política y Electoral de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Fue Encargada de Prensa de la Embajada del Perú en México. Trabajó para las agencias de noticias EFE y ANDINA. Ha trabajado para medios dominicanos y en los mexicanos Excélsior y 24 Horas. Ha escrito en revistas como la dominicana Rumbo, Cambio de México y Forbes Centroamérica. Actualmente, trabaja en la revista mexicana Proceso y es docente en universidades mexicanas.