Antonio Ciriaco Cruz 
Antonio Ciriaco Cruz
Se suponía que este sería el año en que todo volvería a la normalidad. Sin embargo, la economía entro en un territorio nuevo y extraño.
A principios de 2022, la pandemia del Covid-19 finalmente había aflojado su control sobre nuestras actividades y las cadenas de suministro globales comenzaron a restablecerse, prometiendo que la vida económica volvería a su ritmo prepandémico. Inesperadamente, en febrero Rusia invadió a Ucrania y anuló nuestras expectativas.
Esta invasión tuvo un efecto sísmico en los principales mercados, particularmente el de los hidrocarburos y las materias primas agrícolas, desencadenando reacciones económicas en cadena que aún repercuten. Las sanciones occidentales contra Rusia excluyeron del mercado al tercer mayor productor de petróleo del mundo, provocando que el precio se elevara en los mercados internacionales y, con él, el de la gasolina, gas y otros derivados.
El aumento de los precios del petróleo y derivados, al igual que el de las materias primas de origen agrícola, significaron una inflación más alta, provocando que los bancos centrales, en casi todo el mundo tuvieran que aumentar las tasas de interés de manera más agresiva en un intento por detener la espiral inflacionaria.
En el caso dominicano, las tasas de interés más altas han desacelerado el ritmo de crecimiento de la economía. El consumo y la inversión privada se han ralentizado, augurando que el ritmo de la actividad económica, posiblemente, termine en la horquilla entre 4.9 % y 5.1 %. No es un crecimiento malo para el contexto.
A pesar de todo esto, algunas de las cicatrices económicas de la pandemia continuaron desapareciendo a lo largo del año. La economía dominicana recuperó todos los empleos perdidos cuando llegó el Covid-19 en 2020, pero con más informalidad laboral y caída del salario real. Parece que el aterrizaje de la economía en 2022 será suave en medio de la turbulencia.
Sin embargo, los pronósticos para el 2023 son que la economía dominicana pierda fuerza y tenga dificultad para despegar al nivel del 2022. Pienso que la economía necesitará un gran empujón de la inversión pública y mejora salarial.
