Irán. – Mohammad Javad Zarif, vicepresidente para Asuntos Estratégicos de Irán y una de las figuras más prominentes del movimiento reformista en el país, presentó su dimisión este lunes, en un movimiento que ha sacudido al gobierno del presidente Masoud Pezeshkian y ha sumido a la política iraní en una profunda crisis.
Aunque la renuncia aún no ha sido aceptada formalmente, el anuncio ha generado un terremoto político que refleja las tensiones internas y el creciente enfrentamiento entre reformistas y conservadores en el seno del régimen iraní.
Zarif, ex ministro de Relaciones Exteriores y arquitecto del acuerdo nuclear iraní de 2015, justificó su decisión en una carta publicada en la red social X, donde denunció haber enfrentado “insultos, calumnias y amenazas horribles” contra él y su familia durante los últimos seis meses.
“He pasado por el período más amargo de mis 40 años de servicio”, escribió, agregando que un alto funcionario, cuya identidad no reveló, le recomendó renunciar para “evitar nuevas presiones sobre el gobierno”.
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Zarif dio a entender que la medida contaba con el respaldo del líder supremo, Alí Khamenei, aunque no lo nombró en su carta de dimisión al dejar el cargo de vicepresidente de Asuntos Estratégicos.
Este movimiento se produce en un contexto de creciente inestabilidad política y económica en Irán, donde el gobierno de Pezeshkian, que asumió el poder en julio con promesas de reformas y apertura, enfrenta una embestida de los sectores conservadores que nunca aceptaron su victoria electoral.
Una renuncia con trasfondo político
La dimisión de Zarif no es la primera. En agosto de 2024, el vicepresidente ya había presentado su renuncia, presionado por críticas relacionadas con la nacionalidad estadounidense de sus hijos, fruto de su etapa como diplomático en Estados Unidos. En esa ocasión, Zarif regresó al gobierno pocos días después, pero esta vez su salida parece definitiva y ha sido interpretada como un duro golpe para el ala reformista.
En su carta de renuncia, Zarif expresó su frustración por el trato recibido, pero reiteró su compromiso con Irán. “No he sido ni seré alguien que huya de las dificultades en el camino de servir a este país”, escribió. “Espero que, al apartarme, se eliminen las excusas para obstruir la voluntad del pueblo y el éxito del gobierno”.
Zarif, quien fue ministro de Relaciones Exteriores entre 2013 y 2021 bajo el gobierno del presidente moderado Hassan Rouhani, es conocido internacionalmente por su papel clave en la negociación del acuerdo nuclear de 2015, conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés). Este pacto, que levantó sanciones internacionales a cambio de limitaciones al programa nuclear iraní, fue abandonado por Estados Unidos en 2018 durante la presidencia de Donald Trump, lo que llevó a la reimposición de sanciones económicas devastadoras para Irán.
Crisis económica y descontento social
La salida de Zarif se produce en un momento en que el gobierno de Pezeshkian intenta reavivar la economía iraní y buscar una salida al aislamiento internacional. Sin embargo, los conservadores, que controlan el parlamento y tienen una influencia significativa en el poder judicial y las fuerzas de seguridad, han bloqueado sistemáticamente los esfuerzos reformistas, utilizando la crisis económica como arma política.
La dimisión de Zarif no es el único revés para el gobierno de Pezeshkian. Este domingo, el parlamento iraní destituyó al ministro de Economía, Abdolnaser Hemmati, en un voto de censura impulsado por los conservadores. Hemmati, ex gobernador del banco central, había sido criticado por su incapacidad para frenar la inflación y la caída del rial, la moneda iraní, que se ha depreciado más del 50% en los últimos meses.
En el mercado negro, el rial cotizaba este domingo a más de 920.000 por dólar, frente a los 600.000 de mediados de 2024. La inflación, que supera el 40% anual, ha llevado a un aumento descontrolado de los precios de bienes básicos, medicamentos y equipos médicos, generando un profundo malestar entre la población.
Pezeshkian, quien defendió a Hemmati durante la sesión de destitución, admitió que el país enfrenta una “guerra económica total” con sus enemigos externos, en referencia a las sanciones lideradas por Estados Unidos. Sin embargo, los legisladores conservadores culparon al ministro de Economía por la crisis, acusándolo de no tomar medidas efectivas para estabilizar la moneda y controlar los precios.
La salida de Zarif y la destitución de Hemmati también han tenido un impacto inmediato en la bolsa de valores iraní, que cayó en picada este lunes. Los inversionistas interpretaron estos movimientos como una señal de que el gobierno de Pezeshkian está perdiendo la batalla política frente a los conservadores, lo que reduce las posibilidades de una apertura económica y política en el corto plazo.
Fuente: Infobae
