El subsecretario de Asuntos Políticos Thomas Shannon, tercero en la jerarquía del departamento, informó a los empleados que su renuncia será efectiva apenas se elija su sucesor, que debe ser confirmado por el Senado.
WASHINGTON.-El diplomático de carrera de mayor jerarquía de Estados Unidos, de larga actuación en América Latina, anunció su renuncia el jueves, en un duro golpe para el Departamento de Estado ante los desafíos internacionales que enfrenta el gobierno.
El subsecretario de Asuntos Políticos Thomas Shannon, tercero en la jerarquía del departamento, informó a los empleados que su renuncia será efectiva apenas se elija su sucesor, que debe ser confirmado por el Senado.
En casi 35 años en el Servicio Exterior, Shannon fue durante cuatro años embajador en Brasil, consejero político de la embajada en Venezuela, subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental y director de Asuntos Andinos, entre otros puestos relacionados con el continente americano.
En 2016 visitó al menos dos veces al presidente venezolano Nicolás Maduro para impulsar el diálogo con la oposición. Como funcionario bajo seis presidentes de ambos partidos a partir de 1984, se le consideraba un símbolo de la continuidad y el profesionalismo diplomático durante la turbulenta transición de la presidencia de Barack Obama a la de Donald Trump.
Shannon, quien tiene el grado de «embajador de carrera», el más alto del servicio exterior, dijo en una entrevista que se retira por motivos personales, no políticos.
«Decidí que era un momento importante para dar un paso atrás y decidir qué puedo hacer en la próxima etapa de mi vida», dijo.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, que ha recibido críticas por su conducción del departamento y por destituir u obligar a renunciar a funcionarios de carrera, dijo que pidió a Shannon que permaneciera en el puesto y reconoció que su partida era un revés.
«Treinta y cinco años de experiencia no se reemplazan de la noche a la mañana», dijo. Elogios aparte, la renuncia de Shannon sin duda servirá a los detractores del gobierno que acusan a Trump y Tillerson de destripar el servicio exterior, sobre todo a su jerarquía.
De cinco «embajadores de carrera» que había cuando asumió Tillerson, solo queda uno, y actualmente en año sabático. Shannon dijo que confía en que los funcionarios más jóvenes serán capaces de seguir adelante a pesar de del clima «hiperpolitizado» reinante.
«Espero que, independientemente del torbellino de fuerzas políticas en (Washington), mis colegas tanto presentes como pasados del servicio exterior reconozcan la importancia de honrar la profesión y nuestra ética de servicio», afirmó.
