Cuando se formulan los principios para el establecimiento de las causas de la infancia y adolescencia desamparadas de este pobre país, todos agradecemos la labor de doña Renée Klang Avelino de Guzmán, capitana de la niñez menesterosa, huérfana y, por qué no, agresora, que desgraciadamente se nos vuelven jóvenes delincuentes.
Ahora que tan ilustre dama se ha ido, el Conani puede ser recordado junto a su utilísima y ejemplar vida. En estos tiempos, es verdaderamente triste ver a los niños transitar por las calles, sufrir la violencia de la delincuencia, caminar del juzgado a la cárcel, seguidos por un agente del orden público; niños que se están juzgando por crímenes graves. Y sobre todo, imaginar las profundas huellas que todo ello dejó impresa en su alma, luego de dar toda su vida a esta singular realidad.
Los niños no poseen la madurez física y mental suficiente para obrar con voluntad, conciencia y libertad; una infracción cometida por un niño o por un adolescente no puede ser apreciada del mismo modo que la realizada por un adulto.
Son muchos los estudios hechos acerca del factor familiar del niño, del urbanismo, de las malas compañías, de la literatura malsana, del lujo, del juego, del factor económico, etc., y, de frente a los datos estadísticos, de la delincuencia infantil en escandaloso crecimiento.
Todas esas cosas las aprendimos mejor con la presencia de tan excelsa figura, hoy por hoy, sin duda madre de la niñez dominicana.
Nació en La Guaira, Venezuela. De padre francés, y madre brasileña. Estudió odontología, sobresaliendo como estudiante-ayudante del doctor Horacio Read. Se casó con el expresidente Antonio Silvestre Guzmán Fernández, en 1939. Madre de dos hijos: Iván y Sonia.
La recordaremos por su ingente labor en el Consejo Nacional para la Niñez (Conani), fundado el 23 de noviembre de 1978. Después de los desastres ocasionados por el ciclón David, grande fue su intervención, formando grupos de voluntarios con los que repartió medicinas y comida venidas de instituciones y países amigos. Obtuvo, una planta procesadora de leche por parte del gobierno sueco.
En 1981 se instalo esta procesadora de leche y se le llamó Leche Conani. Merece mencionarse que fue vicepresidenta del Albergue Infantil Santiago Apóstol, miembro de la Asociación Cristiana de Jóvenes, miembro del Voluntariado para la Custodia de Bienes Culturales de Santiago, y socia de honor de la Mesa Redonda Panamericana y artífice de las Aldeas Infantiles S.O.S., lograda tras un acuerdo con la Organización Internacional S.O.S. Kinderdorf, en 1979.
Sus reconocimientos fueron innumerables. Declarada personalidad dominicana en 2006, por nuestro entrañable amigo Rafael Molina Morillo, en la obra que recoge las hazañas de los verdaderos hombres y mujeres de esta tierra. Sin embargo, los que más le agradecen son los hombres de bien, que antaño fueron niños descuidados y malogrados por los males a los que ella tanto fustigó: el abandono de la niñez.