Renacer de sus cenizas…

Renacer de sus cenizas…

Renacer de sus cenizas…

El señor debía tener unos 80, 85 años. Al acercarse a la cámara, resultaron evidentes sus dificultades para caminar, para moverse.

Con manos temblorosas, tomó el micrófono y trató de esbozar una sonrisa. No tenía dientes. Sus ojos, que al principio vislumbré muy apagados, parecían ahora reflejar un poco de luz.

“Este ha sido un regalo maravilloso”, dijo, despacio. “Un gran regalo. Nos sentimos alegres y agradecidos. Gracias, muchas gracias”. Mencionó, entonces, al presidente y al ministro de Obras Públicas. Detrás y como marco de la escena, figuraba una casa minúscula, con paredes de block y techo de zinc.

Pensé en esos momentos en Stefan Sweig , su biografía de Fouché y sus profundas meditaciones sobre el ejercicio del poder. “Diariamente”, nos dice, “en el juego inseguro de la política, no vencen los hombres de clarividencia moral, de convicciones inquebrantables, sino que siempre son derrotados por esos jugadores profesionales, esos artistas de manos ligeras, de palabras vanas y nervios fríos.

La verdadera eficacia está en manos de aquellos hombres inferiores, aunque más hábiles”.

Me vino a la mente la mirada inteligente de Addys Burgos. Addys es reportera de televisión, y sus trabajos, transmitidos por CDN, están realizados de forma deslumbrante.

El tema, hoy, es el río Yaque del Norte, el principal del país y sus afluentes, cuyas condiciones califica como “penosas y conmovedoras”.

El Yaque, como decenas de otros que ya han desaparecido, es un río condenado a muerte. Depredado, contaminado hasta extremos inconcebibles por toda clase de bacterias y desechos, es un verdadero peligro en el amplio sentido de la palabra.

Nuria, en otro reportaje, se refiere a los aterradores niveles de contaminación que registran las instalaciones del Metro. Con decenas de muestras de laboratorio tomadas en las distintas estaciones y sus resultados, advierte el peligro de que miles de personas que utilizan esos servicios puedan resultar afectadas de forma grave.

¿Progreso? Preguntemos a los residentes de Jamao al Norte, en Moca, quienes, desesperados, decidieron arrancar los medidores de electricidad debido a tandas de apagones que se prolongan hasta por 15 horas al día.

“Comerciantes, amas de casa, propietarias de salones de belleza, que ven sus actividades productivas seriamente afectadas han escenificado numerosas protestas”. (Rafael Martínez, “Hoy”, 26 de junio).

A principios de este mes, el presidente de la Confederación de Comercio de Provisiones y Pymes, Gilberto Luna, se quejó de que esos establecimientos “están sufriendo en carne propia los apagones y nadie dice nada”.

Rafael Espinal, coordinador de la carrera de Economía del Instituto Tecnológico de Santo Domingo describió como “de incertidumbre” la situación económica del país, alegando que en los primeros meses de este año se ha producido una caída significativa tanto en el crecimiento del sector comercial como en el crédito.

José Alfredo Espinal, corresponsal de Santiago, nos describe la muerte a puñaladas del taxista Milcíades Paulino González, de 46 años. Poco antes, Marino Perdomo, de 35 años, también fue asesinado.

Antonio Isa Conde, ministro de Minas, alertó públicamente sobre la posibilidad de que el país sea estremecido por una “grave crisis”, debido “a la falta de institucionalidad y el clientelismo en el sistema político”.

El 3 de junio fueron rescatados 14 hombres y 4 mujeres que se dirigían hacia Puerto Rico en una lancha que zozobró en la provincia La Altagracia. La Dirección Antinarcóticos informó, a su vez, haber apresado en los últimos siete días a 397 vendedores de droga.

Esta es la realidad presente de la República Dominicana. Un país que requiere, con urgencia, renacer de sus cenizas…



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