En tiempos bíblicos, el maná del cielo significa el pan que les fue proporcionado a los hebreos durante su travesía por el desierto.
Popularmente se usa esta frase para describir cuando nos llega algo inesperadamente que nos soluciona un dilema o desafío.
Tal es el caso de las remesas remitidas al país, las cuales en estos tiempos de dificultades económicas producidas por la pandemia del Covid, han ayudado a mantener a flote la economía dominicana.
Según los datos recientes revelados por nuestro Banco Central, solo en el primer semestre del presente año le han llegado al país unos US$5,263 millones por este concepto. Dicha cifra representa un aumento de más de un 51 % en comparación con las cifras de igual período del 2019, y del 2020.
Dicho monto ha contribuido notablemente a nuestras necesidades de divisas, la acumulación de reservas y la estabilidad de nuestra moneda.
Entre las razones principales de esta afluencia inesperada se atribuye la recuperación económica y los niveles de empleo en los EE. UU., en adición a las extraordinarias ayudas familiares dispensadas por el gobierno norteamericano, de donde provinieron el 85 % de dichos valores.
Pero también hay que destacar las deprimidas tasas de interés sobre los ahorros que prevalecen, lo cual incentiva aún más el que capitales sean remitidos a la dominicana, donde los rendimientos financieros son positivos.
Gracias al desarrollo de los mercados de capitales, las emisiones de deudas públicas y el ambiente de estabilidad macroeconómica, resulta más atractivo desde el punto financiero albergar ahorros en nuestra nación que en el extranjero.
Pero ojo: estas circunstancias son transitorias y no el producto de una política deliberada de atracción de capitales, y con relativa facilidad las mismas pueden cambiar.
La suspensión de más ayudas federales en EE. UU. y la elevación de las tasas de interés encabezadas por la Reserva Federal norteamericana pueden variar el escenario rápidamente. Por ello este maná debe aprovecharse y no dejarnos caer en la trampa de creernos que dicho “boom” ha de perdurar en el tiempo.