Reinicia, sin importar las veces

En la vida, pocas cosas son tan constantes como el cambio, sin embargo, son innumerables las ocasiones en las que nos aferramos a la estabilidad, a lo predecible, a la idea de que un plan bien trazado nos llevará exactamente a donde queremos estar. A todos nos pasa, a unos más que otros, pero nos puede pasar a todos.

Ya sea por ‘H o por R’, hay momentos en los que nos resistimos al reinicio, pero ¿qué pasa cuando la realidad nos obliga a cambiar de rumbo?, ¿cuándo el camino que pensábamos seguro se desvanece ante nuestros ojos? Y vuelvo y digo, es en esos momentos donde debemos recordar que reiniciarse no es sinónimo de fracaso, sino de crecimiento.

Aprendí que cada tropiezo esconde una lección; cada despedida, una enseñanza; cada cierre de ciclo nos obliga a mirar hacia atrás y reconocer no sólo los errores, sino también las personas que fueron protagonistas de ese aprendizaje.

Hay quienes llegan a nuestra vida como guías, otros como advertencias, algunos como espejos y muchos como impulsores de nuevos comienzos. Es nuestra labor identificar ese rol que juegan y, de nuevo, aprender sin sobrepensar o sobrevalorar el rojo que jugaron… siempre en gratitud.

También están aquellas personas que nos desafían, nos sacan de nuestra zona de confort y nos enseñan que somos capaces de más de lo que imaginamos; en este caminar encontraremos quienes nos decepcionan, y aunque duela, nos ayudan a reconocer nuestro propio valor y a establecer límites; y, no menos importantes, son los que nos sostienen en los momentos de duda, recordándonos nuestra esencia cuando sentimos que la hemos perdido.

Reiniciar es un acto de valentía. Es entender que no importa cuántas veces caes, sino cuántas veces estás dispuesto a levantarte. Es abrazar la incertidumbre con la certeza de que cada nuevo comienzo es una oportunidad para crecer y brillar con más fuerza.

La vida no es una línea recta, sino una serie de giros inesperados que nos moldean, transforman y enseñan a crear y ser nuestra mejor versión.

Así que, si alguna vez sientes que necesitas empezar de nuevo, hazlo sin miedo. Reinicia, sin importar las veces que sean necesarias.