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Regidores de Sosúa ordenan remover estatua de Atabey por "idolatría"

PUERTO PLATA.- Gran revuelo ha causado en el municipio de Sosúa la decisión del Consejo de Regidores del cabildo de allí, quienes con la incidencia de lideres religiosos aprobaron el retiro de la colosal estatua submarina de la diosa taína Atabey que funciona como un proyecto de restauración ecológica y atractivo turístico en la bahía de esa localidad.

Dicha medida aprobada a vapor por los concejales en una sesión efectuada el pasado martes, esgrime la tesis de que esa estatua de 16 pies de altura, presuntamente “constituye un objeto de idolatría a dioses falsos”, pero, la mayoría de la población ha sido calificada dicha moción como “una tremenda estupidez cometida con apasionamiento religioso”.

Se supo que la propuesta fue presentada ante la Sala Capitular por el regidor Francisco Martínez (Cholo), acatando dos solicitudes realizadas al respecto, mediante cartas remitidas por el sacerdote Jhonny Espinal Castillo, quien es el cura párroco de la iglesia San Antonio de Padua y el pastor Severo Cordero Capellán, quien preside la Federación de Pastores de Puerto Plata.

Durante su motivación de la pieza el regidor Martínez expresó que, para estar en armonía con la comunidad cristiana, preservar la fe y las buenas costumbres, se hace urgente el retiro de la efigie de la diosa Atabey del fondo de la playa de Sosúa, ya que presuntamente en contraria a los principios espirituales que sostienen una gran parte de la población cristiana en ese municipio.

Con la premisa de que el retiro de la referida escultura de 16 pies de altura refleja el compromiso con los valores y creencias de la comunidad cristiana de Sosúa, la controversial solicitud fue aprobada a unanimidad por los cinco regidores presentes: Fausto Santos, Chisell Hernández, Wellington Padilla, Oscar Luis Gómez (Lupi) y Francisco Martínez (Cholo), sin escuchar a nadie y sin ningún tipo de análisis.

Sin embargo, las reacciones no se han hecho esperar y los ediles municipales siguen recibiendo ácidas críticas pueblerinas, acusándolos se actuar como “fanáticos religiosos” y de ser “desconocedores del gran acervo cultural y antropológico de la herencia aborigen en nuestra nación”, además del beneficio que representa dicha estatua para la regeneración de los corales en la bahía de Sosúa.

Varios ciudadanos que rechazan esa decisión advierten que en la República Dominicana constitucionalmente existe la libertad de culto, razón por la cual los regidores debieron investigar y escuchar no tan solo a lideres religioso para que se evitaran cometer esa gran estupidez, debido a lo cultural e histórico en una cosa completamente diferente a los que es o enarbola la religiosidad.

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