Quizás ninguno de los responsables del disparate estuvo prudentemente asesorado. Es la mejor explicación piadosa que he podido pensar al leer que, tras contratar irregularmente a un grupo de artistas y adelantarle un pago por más de RD$103 millones, el jefe de políticas sociales del gobierno “rescindió” unilateralmente esos acuerdos para considerar que el dinero fue “regalado como apoyo solidario”.
Tony Peña Guaba alega que su salida graciosa fue recomendada por el antiguo vocero de Participación Ciudadana, Carlos Pimentel, actualmente director de compras y contrataciones del gobierno, tras avisarle que había incurrido en “irregularidades” al contratar esos artistas.
Si la contratación fue irregular, “regalar” esa millonada a poco más de medio centenar de músicos ¿fue “regular”? Cualquier idiota puede hacer una lista larguísima de dominicanos más necesitados y merecedores de esa generosidad de Peña Guaba con dinero del erario.
Tan terrible como esta barbaridad es que algunos feroces tuiteros perremeístas pretenden que no haber apoyado a Luis Abinader en las elecciones descalifica para opinar sobre su faranducracia. ¡Y esto apenas comienza!