Si la reforma policial dominicana hace mención de la tecnología, debería saber que se está refiriendo a muchas dimensiones cruciales en este trabajo.
Uno es la ética policial, en el sentido de valores positivos, la magnificación de la autoestima de poder ayudar a través del servicio, la experimentación de la realidad eficaz, a través de los instrumentos que captan la imagen, y producen capacidad de respuestas a la ciudadanía.
La reforma policial “dominicana” no participa de ninguna de estas maneras en la “Era” de la tecnociencia de hoy, porque toda la institución policial local tendría otras peculiaridades propias de nuestro siglo; es decir, estaría influenciada por las ciencias aplicadas y la innovación tecnológica.
Cuando alguien dice tener posibilidades tecnológicas, está indicando que se sirve de la ciencia (no importa ahora el nivel) con el fin de encontrar soluciones a problemas concretos, y para ello debe apelar a la ingente producción de tecnologías existentes.
También la ciencia, entendida como investigación sin otros fines que los del conocimiento, depende de la tecnología con la que interactúa.
Los avatares policiales serían otros, si se hubiese intentado mínimamente un esfuerzo de actualizar (tecnificar) a nuestros agentes.
Desde la perspectiva antropológica –que es la que representamos mejor–, una Revolución tecnológica en nuestra institución policial puede causar serias perturbaciones.
Así como creo, que las autoridades vigentes en la materia definitivamente no son las más idóneas para emprender la conducción de esta transformación, modernización, profesionalización y cambio en nuestros cuerpos castrenses. Los avances científicos son revulsivos en el humano cuando no se realizan en una dimensión “epistemológica”.
Cuando mencionamos la tecnología, entendemos que se refiere a la que se relaciona a la información y la comunicación, las llamadas (Tic); pero lo primero que debe utilizar la Policía es la educación técnica que le provea de las condiciones necesarias para desarrollar el intelecto policial. Esta surge de la Escuela Policial, hasta ahora inexistente.
Al ver en los medios de comunicación las 14 Medidas anunciadas por el Ministerio del Interior sobre la reforma policial, las pensamos como “incorrectas”, luego de comprobar que estas “medidas inesperadas se enfocan sobre tecnología”, pero no están asociadas a la formación de los policías dominicanos”.
Y estas son las razones: 1) los agentes ahora se enfrascarán en el manejo de cámaras de vigilancia, pero no están asistiendo a ninguna escuela policial para mejorar su desempeño; 2) las cámaras son máquinas; los agentes necesitan un lenguaje que derive de la vigilancia para convertirlos en “buenas acciones” policiales; 3) la tecnología no es una técnica de relación social y no produce un cambio cultural.
Recién anuncian el CompStat, un sistema que utiliza modelos informáticos y estadísticos para mejorar la productividad y gestión de los destacamentos y reduce el crimen en las horas pico (al menos así fue en NY).
Insistimos, el destacamento está compuesto de agentes, de aparatos y, sobre todo, de relaciones cerradas, jerárquicas, para hacer posible que el Policía tome decisiones racionales y de equipo.
Si la Policía Nacional, la nuestra, acepta entrar en la Era de la tecnología es porque ello representa un oxígeno para la institución, una revolución moral, que se había degradado, por culpa del poder político que la hundió hasta el abismo.