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¿Reforma o modificaciones?

Frederich E. Berges Por Frederich E. Berges
Frederich Bergés
📷 Frederich E. Bergés

El continuo proceso de déficit fiscal y la importante reducción de la inversión pública ha vuelto a poner sobre el tapete la conveniencia o no de una reforma fiscal capaz de restaurar un equilibrio en las finanzas gubernamentales.

Los dos mejores ejemplos de esta sentida necesidad se observan en el regalo reciente a un millón de personas de la suma de RD$1,500.00 cada una por el simple hecho de ser un día dedicado en el calendario o la incapacidad, luego de más de cuatro años de ejecución, de terminar el tranvía entre el kilómetro nueve de esta ciudad y Los Alcarrizos.

Ya el año pasado se intentó presentar una reforma fiscal cuyo énfasis era producir más ingresos sin muestras reales de un control y reducción en el dispendio público.

Este intento de reforma en vez de asimilar las observaciones y sugerencias de connotados expertos en temas económicos y fiscales fue objeto de un rechazo de parte del Gobierno, quien retiro la misma sin mayor esfuerzo de conciliación de intereses.

La realidad actual de la relación entre ingresos fiscales, gasto y el subsecuente endeudamiento para sostener el desequilibrio requiere cambios.

Entre esos cambios hay que comenzar por la reducción de los subsidios generalizados y la eliminación de otros.

Aspectos como las tarifas eléctricas y precios de los combustibles requieren revisiones para convertirlos en subsidios focalizados que cumplen con sus objetivos y no provocando dispendios e ineficiencias.

De mantenerse el estado actual, la deuda pública seguirá creciendo tanto en monto como en su relación con el producto bruto interno.

En los últimos seis años la deuda pública consolidada aumentó en más de US$31 mil millones, cuyo saldo actual es de US$73 mil millones. Peor aún, el pago de intereses por esa deuda en los primeros meses del presente año alcanzó la suma de RD$91 mil millones.

La inversión pública en el mismo período fue de RD$42 mil millones.

Todo los anterior indica que más que una reforma fiscal se deben tomar acciones que modifiquen la actual tendencia de continuar aumentando el gasto, y emprender un camino de racionalización y austeridad. Una camino más de modificaciones que de reformas.

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