María José abrió la puerta del despacho con mucha determinación, camino a su escritorio, como si fuera a una pasarela de moda, saludó y se acomodó en su escritorio.
No recuerda haber dejado encendida la computadora, porque como hábito apaga todo, menos su deseo constante de vivir.
Su rostro expresaba una luz, así como cuando sus ojos vivos se combinan con la sonrisa y sus movimientos adquieren actitud. Así se ve más hermosa, y lo es con su piel tostada al sol tropical, y su mezcla entre la cana y el trigal.
Roberto se le acercó, y sin ni siquiera dar los buenos días:
-María José Lora, ¿dónde está el informe del Distrito Tres? Lo necesito con urgencia para terminar el proyecto de la estrategia comercial.
-Roberto Mejía, hoy se lo entrego sin falta. Es muy temprano para iniciar el día con el pie izquierdo. Y mi despertar fue maravilloso para que me lo venga a dañar. -Le contestó.
Sabía que cuando el jefe le decía su apellido, las cosas no estaban bien, pero esta vez, le devolvió la pelota con la misma abundancia de arrogancia que recibió.
Roberto curioso e intrigado: – ¿y a qué se debe tanta prestancia Sra. Lora?
Ella muy resuelta:
-No había tenido sexo, desde la penúltima vez que estuve contigo.
Sorprendido Roberto, se le heló la sonrisa, pero quiso hacer creer que no le importaba, Siempre se ha creído que la mujer sufre por no tenerlo, además de que es insustituible.
– ¿Y qué con eso? Un breve silencio frío, quedó colgando del deseo de recibir respuesta. Pero agregó -Espero lo sepa conservar y complacer…
-Todo lo contrario, Roberto Mejía, tuve un orgasmo como nunca, porque mi vibrador no es egoísta. Yo soy su proyecto.
Toda la sangre de su cuerpo le subió a la cabeza, inundando los huecos de sus deseos, por halar su pelo sedoso y negro. Y no pudo expresar, más que arrugar la frente y retirarse.
María José, volteó y le arrojó con calurosa prestancia:
-Y en breve, te entregaré el informe cuando esté completo y corregido, no como tus entregas.