Un apreciado doble colega de Santiago motivó la semana pasada con su artículo sobre “desaprovechar” el tiempo, que reflexionara sobre sus comentarios acerca del paso de las horas.
No recuerdo quién dijo que todas hieren y sólo la última mata. José Luis Taveras siempre remueve las neuronas… Lo que pensé es que cualquier medición, base de toda destreza básica como inicio de las ciencias, las artes y asignar un valor al trabajo, nos esclaviza cuando olvidamos dos cosas.
La primera es que cuantificar es una intelección cuyo origen y fin es facilitar y acomodar la vividura. La segunda es que nuestra finitud, mayor en brevedad que una chispita efímera de alguna de las incontables estrellas, da sentido a que en este brevísimo instante que se nos regala debemos vivir bien.
Desde que nacemos nos enseñan la importancia de los derechos individuales sin mucho énfasis —en el trópico— de las obligaciones. Quizás la educación y la instrucción deben resaltar que “somos” es mejor que “soy”. Todo está entrelazado…