Aunque esta fotografía podría titularse “El amor en los tiempos del Covid-19”, muestra parte del peligro de contagio a que se enfrentan otros pacientes.
SANTO DOMINGO.-No todos los pacientes de coronavirus que requieren de un ventilador logran llegar a tiempo a una unidad de cuidados intensivos (UCI) destinada para este propósito.
Aunque los casos de extrema gravedad son priorizados, los lentos traslados y los taponamientos de pacientes en las emergencias y otras áreas de los hospitales y clínicas suelen convertirse en factor que desencadena la muerte, o en foco de contagio.
Francisco Mencía, un recluso de la cárcel de La Victoria, ya presentaba dificultades para respirar cuando fue trasladado al hospital Marcelino Vélez Santana, pero estaba convencido de que no tenía el virus al ser ingresado.
“Yo siempre he presentado cuadros de neumonía pero no me escucharon y me mezclaron con los enfermos de la cosa esa”, afirma en tono airado.
De allí fue transferido al CECANOT donde finalmente le hicieron la prueba rápida la cual resultó positiva.
¿Prohibido enfermar?
Su caso es una muestra de lo que viven los pacientes de otras afecciones físicas al momento de procurar asistencia en un sistema de salud que ha concentrado sus esfuerzos en frenar la pandemia del Covid-19.
Aida Morillo, una ama de casa de 42 años de edad, acudió en fechas previas a Semana Santa a tratarse un cuadro de anemia al hospital Ney Arias Lora mucho antes de presentar los síntomas del coronavirus.
Al igual que Mencía Estrella, está convencida de haber contraído el virus en instalaciones médicas.
Morillo, antes de llegar a CECANOT, también tuvo un período de internamiento en el hospital de Engombe y esta es la constante de la mayoría de los casos que reposan en la UCI de CECANOT.
Es también la queja del personal del citado centro, quienes aspiran a tener referimientos más tempranos.
Lo lograron con una menor de edad, las especificaciones sobre su vida son omitidas por cuestiones legales. Pero su positivo la llevó directamente a requerir de un tratamiento especial para poder preservarle la vida.
“En realidad no merecía estar aquí, pero sabíamos que su caso podría agravarse y por eso la recibimos”, dice Darvy Taveras, encargado de la unidad.
Aunque es un privilegio del que nadie quiere disfrutar, aquellos que logran ser trasladados a la UCI de CECANOT, así afirman sentirse cuando se les cuestiona sobre el trato privilegiado.
“Me siento como Danilo Medina”, dijo uno de los ingresados con gratitud a una enfermera que le pidió se incorporara para tomarle sus signos vitales.
Covid-19 en los barrios
De los diecinueve internos en CECANOT por coronavirus, al menos dieciséis de ellos proceden de sectores populares.
Son estas locaciones las que precisamente más dificultades han dado a las autoridades para mantener el distanciamiento.
Las violaciones al toque de queda, la apertura de negocios que deben permanecer cerrados y la anulación de las medidas de seguridad al interactuar siguen existiendo a poco más de un mes de haberse tomado estas medidas.
En el caso de Morillo, quien reside en el barrio Villa Liberación, próximo al sector El Almirante en Santo Domingo Este, su positivo al virus paralizó la cotidianidad de su hogar, compuesto, además de su esposo, quien es chofer del transporte público, por cinco hijos.
Todos debieron permanecer recluidos en sus casas hasta tanto les hicieran las pruebas, lo que a la vez paralizó la entrada de efectivo. “La ruta para la que trabaja mi marido le ha ayudado en estos días. Cuando salga de aquí lo primero que voy a hacer es ir a una iglesia”, confiesa.
Parte de ese deseo se cumplió esa misma tarde cuando recibió el alta médica para completar su recuperación en su casa.
Lo de la iglesia deberá esperar, todas están cerradas por la pandemia a no ser que vaya vía Zoom.
6,652 Infectados por coronavirus.
Es la cifra de casos confirmados en el país. Los recuperados ascienden a 1,228.