Santo Domingo.– Aunque para muchos la Navidad es sinónimo de celebración, reuniones familiares y brillo festivo, para otros se convierte en una de las épocas más emocionalmente difíciles del año.
La psicóloga clínica Itania María, especialista en salud mental y duelo, explicó a El Día, que lejos de ser un mito, la llamada “depresión estacional” es una realidad que afecta a miles de personas entre octubre y diciembre, con un impacto que se intensifica conforme se acercan las fiestas.
“Es muy cierto. No es ningún mito”, afirma la especialista.
“Desde octubre hay quienes empiezan a sentir tristeza persistente. El cierre de año invita a hacer recuentos: qué personas queridas se fueron, qué metas no se lograron, qué pareja se perdió, qué trabajo terminó. Es un tiempo de reflexión, pero también de confrontación con lo que dolió o no salió como esperábamos”.

El peso emocional de diciembre
La especialista señala que la Navidad toca fibras profundas porque está cargada de rituales familiares.
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“Las madres suelen ser el alma emocional de los hogares. Cuando falta mamá, la cena no sabe igual. Cuando papá ya no encabeza la mesa, la ausencia se siente en cada detalle”, explica.
El dolor no solo llega tras una muerte: el divorcio, la separación, el distanciamiento de los hijos o la migración forzada también se viven como pérdidas.

“Puedo estar viviendo en Londres con todas las condiciones para ser feliz y aun así sentirme triste cuando veo que mis amigas celebran juntas. La Navidad reactiva ese duelo por migración que muchos subestiman”, comenta.
A esa nostalgia se suma la presión del calendario. Cada diciembre se convierte en un reloj emocional que exige resultados, incluso para quienes no se sienten preparados para rendir cuentas.
“Se revisan metas incumplidas: bajar de peso, hacer un viaje, cambiar el carro, comprar un apartamento, tener hijos, encontrar pareja. Y encima viene el amiguito que te recuerda, ‘¿Y el carro?’, ‘¿Y el niño?’, ‘¿Y sigues soltera otra Navidad?’”, narra la psicóloga.
La llamada “presión social navideña” es un factor que, según Itania, puede detonar tristeza o ansiedad en quienes ya se sienten vulnerables.
“No todos tienen las herramientas de afrontamiento para responder de manera asertiva. A quienes les importa en exceso el juicio externo, la Navidad puede convertirse en un espejo doloroso”.
Claves para sobrevivir emocionalmente al cierre de año
Un punto que repite la especialista es la importancia de practicar la autocompasión.
“Si no pude cumplir mis metas, ¿qué pasó realmente? ¿Hubo circunstancias ajenas a mí? ¿Hubo gastos imprevistos, enfermedades, pérdidas económicas? No podemos vivir desde la autoexigencia inhumana”.

Para 2026 dice la clave está en metas alcanzables. “Si gano 75 mil pesos, no puedo exigirle a mi realidad que sostenga metas que requieren 95 mil. Si este año no pude comprar la jipeta de mis sueños, tal vez lo realista es un carro más pequeño. Si quiero pareja, debo preguntarme si realmente me abrí a conocer a alguien o si sigo esperando un príncipe azul de cuento”.
La especialista insiste en que fijar objetivos debe hacerse desde datos reales y no desde comparaciones injustas o fantasías. Y es ahí donde entra otro enemigo silencioso, las redes sociales.
La Navidad en Instagram: la felicidad ajena como detonante del malestar emocional
La psicóloga es contundente, “Las redes están mandando mucha gente a terapia”.
En una época donde abundan fotos familiares perfectas, viajes, fiestas corporativas y demostraciones públicas de amor, quienes no viven esa realidad pueden sentirse profundamente insuficientes.
“Viene la pregunta: ‘¿Y por qué yo no?’. ¿Qué tiene Juliana que no tenga yo? ¿Por qué a ella sí y a mí no?”, explica. Para muchos, ver el éxito ajeno no inspira, sino que alimenta la comparación destructiva.
Sin embargo, Itania propone un enfoque distinto: observar las prácticas que funcionaron para otros y convertir esa inspiración en acción.
“Si a tu amiga le va bien, pregúntate qué hizo ella que tú podrías adoptar. Que su éxito te sirva de motor, no de tortura”.
La soledad navideña
Otro de los detonantes de tristeza en esta época es la soledad. La especialista afirma que la Navidad incrementa la sensación de aislamiento en quienes no cuentan con una red de apoyo emocional fuerte.
Las fotos familiares, los árboles iluminados y las cenas numerosas pueden convertirse en recordatorios dolorosos para quienes no tienen con quién compartir.
“No recomiendo que nadie pase la Navidad solo. Busque una amiga, un amigo, autoinvítese. Yo misma un año llamé a una amiga, ‘¿Te vas a Villa Tapia? Pues voy contigo’. Y fui feliz esa Navidad”.
Para ella, ese tipo de decisiones son “prácticas inteligentes y saludables” que protegen del aislamiento, uno de los caminos más rápidos hacia la depresión.
La sombra del duelo colectivo
Itania recuerda que el país aún vive el impacto emocional de tragedias recientes. La más marcada, la del 8 de abril, que dejó 236 fallecidos.
“Hay millones de dominicanos atravesando duelo esta Navidad. No solo quienes perdieron directamente a un ser querido. También quienes conectan emocionalmente con ese merengue que escuchaban, con ese lugar que visitaban, con esa tradición que ya no es la misma”.
La música navideña dice es capaz de activar recuerdos que antes generaban alegría y hoy producen lágrimas.
¿Qué hacer si alguien cercano está deprimido?
La psicóloga ofrece una guía práctica para acompañar a quienes atraviesan tristeza profunda:
- Escucha activa: Nada de celulares ni distracciones. “Mirar a los ojos, estar presente”.
- Validación emocional: Decir “te entiendo”, no “sé fuerte” ni “ponte positivo”.
- Acompañamiento sin presión: No obligar a fiestas ni actividades que no quieran hacer.
- Presencia significativa: “Que sepan que estás ahí. Aunque sea llevando la cena”.
El objetivo es ayudar sin imponer, estar sin invadir, acompañar sin juzgar.
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Edili Arias
Periodista egresada de la Universidad O&M, apasionada por escribir sobre niñez, salud e historias humanas. Combina su amor por el periodismo con su afición por los deportes. Madre de dos niños, lo que le aporta una perspectiva cercana y sensible en sus reportajes.