Nepal . — Rescatistas nepalíes encontraron el viernes tres cuerpos cerca de los restos de un helicóptero de la infantería de marina estadounidense, desaparecido esta semana durante una misión de socorro en el país asiático, golpeado por dos terremotos.
Era improbable que hubiera sobrevivientes del siniestro, señalaron las autoridades.
“El fuselaje del helicóptero se encontró en pedazos y no hay posibilidades de sobrevivientes”, señaló el secretario nepalí de Defensa, Iswori Poudyal.
El secretario no dio detalles sobre la nacionalidad de las víctimas, y sólo aclaró que los restos estaban calcinados. En el helicóptero viajaban seis marines y dos soldados nepalíes.
Otro equipo enviado por los marines confirmó que los restos correspondían al helicóptero desaparecido, el Uh-1 “Huey”.
“La evaluación del lugar está en marcha y se realizará una investigación a fondo”, indicó en un comunicado la misión conjunta liderada por los marines.
Los restos se encontraron a unos 24 kilómetros (15 millas) de la ciudad de CHarikot, cerca de donde había desaparecido el helicóptero el martes cuando repartía ayuda humanitaria a aldeas golpeadas por dos mortales sismos, según la misión conjunta del ejército estadounidense en Okinawa, Japón.
La zona se encuentra cerca del pueblo de Gothali, en el distrito de Dolaja, unos 80 kilómetros al nordeste de la capital nepalí, Katmandú.
El descubrimiento del viernes, realizado primero por un equipo de tropas de tierra nepalíes y dos helicópteros militares, sigue a varios días de intensas búsquedas en las que han participado naves nepalíes y estadounidenses, así como satélites de Estados Unidos.
Mientras tanto, en Katmandú, las tiendas reabrieron y el tráfico regresaba a la capital tres días después del segundo terremoto importante que sufre el país en las últimas semanas. Sin embargo, miles de personas seguían durmiendo en carpas repartidas por toda la ciudad, temiendo que las réplicas pudieran derribas las viviendas dañadas.
Escuelas y universidades permanecían cerradas desde el terremoto de magnitud 7,3 del martes, que mató a 117 personas e hirió a 2.800.
El temblor se produjo dos semanas y media después de que el país se viera sacudido por un sismo de magnitud 7,8 que mató a más de 8.200 personas.
Los edificios del gobierno en Katmandú se han visto muy afectados, y muchos mostraban grietas o directamente se derrumbaron. Las autoridades de la Comisión Nacional de Planificación trabajaban desde una carpa levantada ante su edificio. Fuera de Katmandú, muchas carreteras que conectan la capital con zonas periféricas seguían muy dañadas.