Quizás cuando estamos en el proceso de manifestar un deseo, podemos pensar que el Universo, Dios o la fuerza del amor en la que creas no propicia ese deseo o que es muy difícil. Lo primero es que el deseo sea puro, es decir, de corazón, que lo deseemos nosotros y no esté influenciado. Lo segundo sería agradecer porque ya lo tienes.
¿Por qué recrear? Imaginar y crear, deleitarse en lo que ya es, nos coloca en un estado emocional de gracia, de pensar, sentir bien. Como dice el escritor Laín García Calvo, para sustituir las creencias limitantes por nuevas creencias, hay que ejercitar la repetición + alto impacto emocional y en esto las afirmaciones son un recurso poderosísimo.
Y desde ese estado de plenitud ¿ quién no logra lo deseado? Ejercicio vivificante es el pensamiento, unido al sentirse bien y a la acción potenciadora para nuestros ansiados resultados.