Recordatorio

Recordatorio

Recordatorio

Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.

Como seres humanos no somos infalibles, nos equivocamos, olvidamos algunas cosas y hasta personas. Cometemos errores, muchos errores. Nos mentimos constantemente, consciente e inconscientemente.

Nos justificamos y postergamos deseos, anhelos y acercamientos. No nos gusta pedir perdón y se nos hace un tanto difícil perdonar.

Pensamos que siempre tendremos tiempo para hacer las cosas, abrazar, compartir, sonreír, relajarnos y hasta para respirar.

Los afanes nos mantienen en una loca carrera, una especie de círculo que se cierra al final del día y vuelve a abrir al inicio de una nueva jornada.
Esta rutina se mantiene hasta que sucede algo que nos detiene y sacude. Un recordatorio de lo efímero que puede ser todo.

Las pérdidas son uno de los recordatorios más dolorosos, pero al mismo tiempo aleccionadores. Nos muestran la fragilidad propia y la de los demás. Nos dicen que no debemos dejar pasar el tiempo sin dar valor a lo que está y disfrutarlo sin postergar los acercamientos, los “te quiero” y los abrazos.

A lo largo de mi vida he tenido muchos recordatorios. Muchos de ellos han sido pérdidas que me han ayudado a ver más allá de mis propias narices.

Algunas han sido físicas y otras emocionales. Muchas cosas y personas se han escapado de mis manos, he sufrido y llorado por ellas, y, aunque por algunas sigo lamentándome, al mismo tiempo vivo mi duelo para aprender de ellas y seguir adelante, avanzando y creciendo.

Seguir adelante. Esto no es retórica. Es la única alternativa. Ante una pérdida, solo nos queda decir adiós en el amor. Recordar en el amor. Dar gracias en el amor. Aceptar en el amor. Mantenernos en el amor. Y luego, continuar en el amor.

En estos tiempos, en los que hemos perdido a tantas personas, algunas debido al Covid y otras por una infinidad de razones que escapan a nuestro entendimiento, es importante que nos mantengamos alineados en el amor.

Sin importar el dolor que podamos sentir, tomemos las perdidas como una palanca de avance, un recordatorio de lo que todavía tenemos. Con lamentaciones no conseguimos nada, pero dando valor a lo que nos queda, como la familia y amigos, logramos que la vida siga teniendo sentido.



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