Creo que de nuevo hay que recordar y poner en contexto las palabras del humanista Eugenio María de Hostos en el acto fúnebre de su amigo Federico Henríquez y Carvajal, hace ya más de 118 años.
En esa oportunidad, Hostos reprochó a todos en América, lo infeliz que somos, porque “solo sabemos de nuestros grandes vivos, cuando ya son nuestros grandes muertos”.
Y eso es una realidad que lamentablemente nos da en el rostro a todos, somos malagradecidos en todos los sentidos.
Sin embargo, se dan algunas excepciones, como la ocurrida ayer cuando varias instituciones realizaron un encuentro donde anunciaron que hoy reconocerán la valía que para el boxeo dominicano y de toda América Latina, representó el doctor Ramón Pina Acevedo, quien fue el primer presidente de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
Con una cartel a realizarse hoy en el gimnasio que lleva su nombre, será recordado el que más trabajó por décadas a favor del boxeo en todas sus vertientes.
Para que ese homenaje se materializara tuvo que intervenir el boricua Francisco Valcárcel, actual presidente de la OMB; George Herrera, Bakemón Rodríguez y Rafael Isenia entre otros, con la cooperación del alcalde de Santo Domingo Este, Manuel Jiménez, y el ministerio de Deportes.
Ojalá que este sea el comienzo de rendir homenaje a hombres y mujeres que en deportes, en todos los renglones, han realizado grandes aportes pero que por años han sido ignorados por la misma sociedad a la que tanto aportaron.
Cuando se pierde el sentido del agradecimiento por las contribuciones realizadas, en las diversas etapas de la vida, hay muy poca cosa e que confiar y esperar.