En estos tiempos en que se habla tanto de reciclar, reutilizar, sería prudente revivir los momentos bonitos, porque es como que somos como expertos en rememorar nuestros temores, frustraciones o la vez que algo salió mal, trayendo el pasado al presente una y otra vez, y como donde fijas tu atención ocurre la manifestación, seguimos un curso de repeticiones de lo que no queremos. Si un dejo de nostalgia asomara en nuestra vida en algún momento, debemos dejarlo ir.
Lo ideal es vivir en el presente, enfocarse en el ahora, a veces la mente nos hace malas jugadas, pero lo negativo de permanecer sólo en los momentos tristes pasados es que drenan la energía y nos hacen sentir inútiles ante los retos presentes.
Revivir momentos placenteros, regozarnos en ellos es reinventar nuestra vida, que pueden llevarnos a obtener logros mayores y mejores, y al bienestar, la paz, a vivir en gozo y plenitud y seguir…