Luis Abinader cuando encabezó la segunda sesión del diálogo con el liderazgo político, socvial y económico. JOSÈ DE LEÓN
SANTO DOMINGO.-En la medida en que se acorta el tiempo para que el Congreso Nacional tenga que discutir el presupuesto del próximo año por un monto superior al billón de pesos, poco a poco se cierra también la oportunidad para que el Gobierno pueda llegar a un acuerdo con las principales fuerzas políticas para materializar este proyecto y así contrarrestar un generalizado descontento social.
La brecha de ese consenso político es cada vez menor con una mayor acción de sectores sociales, económicos y políticos, cuando desde el Gobierno no hay tampoco coincidencia sobre el mejor escenario para la discusión de la pieza: si el Consejo Económico y Social, como piden los empresarios, o en un contacto directo con el liderazgo nacional encabezado por el presidente Luis Abinader.
Con los pronunciamientos abiertos del expresidente Leonel Fernández y del Partido Revolucionario Dominicano contra una posible reforma fiscal, además de la posición ya conocida desde hace varias semanas del Partido de la Liberación Dominicana, es previsible que cualquier conversación del presidente Abinader podría encaminarse al fracaso con un costo político inmediato.
“Nosotros como organización política, en el Congreso, no podríamos apoyar la realización de una reforma fiscal… Parece que en el momento actual esa reforma no es políticamente viable», planteó el pasado jueves el expresidente Leonel Fernández, líder de Fuerza del Pueblo.
De su parte, el PRD asegura que esa reforma fiscal, “en estos momentos supondría un duro golpe a la clase media dominicana, y además agravaría la situación de la población dominicana más empobrecida puesto que encarecería todos los servicios y la canasta básica”.
Mientras que el secretario general del PLD, Charles Mariotti ha indicado que “eso es un tema del Gobierno, el Gobierno es que tiene que decir responsablemente, quiero que pase o no quiero que pase”.
Estas reacciones de los partidos mayoritarios, con mayor representación en el Congreso Nacional, conducen a un camino de mucha dificultad política para el Gobierno, ya que tendría que cargar con el disgusto generalizado en la población, con una repulsa contra propuestas de alzas de impuestos que podría contener el proyecto de reforma fiscal.
Aunque el Gobierno no ha patentizado la veracidad del documento divulgado hace varias semanas sobre los aspectos que tocaría esa reforma fiscal, la reacción generalizada ha servido de termómetro para las autoridades percatarse del rechazo que pudiera generar en la ciudadanía con iniciativas que inciden negativamente en los bolsillos y en frenar la recuperación de la economía, como advierten los sectores empresariales.
Cerrado el camino para el consenso deseado con la cúpula empresarial y con el liderazgo político –mayormente representado por los partidos de la Liberación Dominicana, de la Fuerza del Pueblo y del Revolucionario Dominicano– el presidente Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) tendrían que acudir a su influencia en el Congreso para tratar de imponer esa reforma fiscal, en un escenario poco ventajoso ante la coyuntura económica actual fruto del escenario internacional, lo que generalizaría una crispación en el país cerrando toda posibilidad de un escenario propio para la búsqueda del manoseado diálogo nacional.
Conflicto
— Escenario adverso
La vicepresidenta Raquel Peña y otros funcionarios han fijado posiciones contrarias sobre el escenario de la reforma, tanto en el CES como en contacto con los líderes.
El sector privado insiste en un pacto
Reacciones. El Consejo Nacional de la Empresa Privada y la Asociación de Industrias han considerado que el momento actual no es propicio para una reforma, sino para un pacto fiscal.
El Conep entiende que cualquier discusión sobre el tema debe producirse en el Consejo Económico y Social, no con el liderazgo fuera de ese escenario. Pedro Brache, presidente de la entidad, dijo que el pacto debe ser ampliamente consensuado con todos los sectores de la sociedad.
También que los industriales han advertido que de producirse una reforma fiscal en la actual coyuntura se podrá afectar la recuperación de la economía lograda por el Gobierno. “Es momento de sopesar un proceder que pueda implicar un retroceso”.
Entiende que el país debe reducir el déficit eléctrico y apostar por las inversiones en renglones de desarrollo.