Así como dicen que nada como un divorcio para realmente conocer al cónyuge casi ex, las desgracias o infortunios ayudan a calibrar el real valor de muchos políticos.
El apagón general de ayer tenía apenas minutos cuando el zar fuñéctrico se destapó con atrevidas declaraciones culpando a la ETED, sin conocerse aún la real causa de la salida de línea que afectó a dos generadoras. Cuando cualquier subestación es afectada por la súbita caída de la corriente, sus sistemas de protección de emergencia funcionan para evitar daños mayores al SENI.
Lo explicó claramente el ministro de Energía, Joel Santos, real líder jerárquico del sector eléctrico, al ofrecer una conferencia de prensa desde el centro de control de la ETED, con el administrador de esa empresa a su lado y la notoria ausencia del audaz voltícaro electrofuñoso.
El dueño de la FUPU, igual que su enllave el zar, “diunavé” politizó la desgracia, sin saber ni hablar de causas ni soluciones.
El problema del sistema eléctrico dominicano no es que sea posible o no un apagón general, evento que pueden padecer las naciones más desarrolladas por accidentes o imprevistos, sino que las quebradas EDE son dirigidas por un equipo incapaz, que tampoco sabe evitar reiteradas salidas inexplicables de Punta Catalina, pero es rapidísimo para irresponsable asignación de culpas.
Es mucha la gente que quiere seguir creyendo en Luis, pero no digiere ni con bicarbonato que el jefe de las EDE y Punta Catalina, doble función incompatible, al parecer sea inamovible por más que meta… bueno, seamos piadosos. ¡Pero Dios, qué tortol!