Los embajadores de las Naciones Unidas Christoph Heusgen, de Alemania; Francisco Antonio Cortorreal, de República Dominicana; Jerry Matthews Matjila, de Sudáfrica; Dian Triansyah Djani, de Indonesia, y Marc Pecsteen de Buytswerve de Bélgica. ap
La consecución por parte del país de la membresía no permanente en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es -más que un hito plausible para la diplomacia dominicana- una muestra fehaciente de los frutos que puede dejar el sentido de continuidad del Estado.
Para entender la naturaleza de este logro –más allá de la memoria corta, viciada o comprada, instalada en algunos actores de la opinión pública- los antecedentes son importantes, porque develan una constancia, una línea de acción coherente que la República Dominicana necesita como praxis fundamental en la conducción de los gobiernos.
Nicaragua, a principios de los años 90 del siglo pasado, México en 2002 y Costa Rica en 2007, le arrebataron la posición a una República Dominicana que no había mostrado competencia suficiente en los criterios esenciales que la harían elegible. Pudo haber sido percepción, pero esta suele ser tan o más fuerte que la realidad.
Pasos para llegar
El punto de arranque, con un enfoque estratégico para alcanzar la meta, se remonta al 19 de julio 2009 cuando el embajador Federico Alberto Cuello, jefe de la Misión Permanente de la República Dominicana ante la ONU, dirige una comunicación al canciller Carlos Morales Troncoso, alertando sobre cómo aprovechar la vacante disponible para 2018.
“Sugerimos, muy cortésmente a ese despacho ponderar la posibilidad de inscribir la candidatura dominicana para el período 2019-2020, en las elecciones de 2018”, decía Cuello al canciller con copia a la doctora Alejandra Liriano, a la sazón vicecanciller.
En la comunicación MPRDNY-1065, el embajador expone la línea a seguir que, a lo largo del tiempo –aun con los cambios de gobierno y de canciller que se han dado desde entonces- fue acogida y mantenida.
A continuación se transcribe la misiva:
“De acogerse nuestra recomendación, tendríamos tiempo para seguir consolidando la imagen de la República Dominicana con los objetivos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas en cuanto a las aportaciones al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, promover desde el ECOSOC nuestra previsión de desarrollo y ayuda humanitaria, y continuar fomentando el papel de liderazgo regional tendente a fortalecer la estabilidad y el sistema democrático entre nuestros vecinos”.
La reacción del canciller Morales Troncoso no se hizo esperar y el 9 de septiembre de 2009 despachaba un oficio por fax, marcado con el número 7402, dirigida al embajador Cuello en los siguientes términos: “Este Despacho tiene a bien autorizarle e instruirle, muy cortésmente, inscribir la candidatura de República Dominicana para miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, período 2019-2020, elecciones a celebrarse en el año 2018”.
El 14 de septiembre del mismo año –cinco días después de la autorización del canciller Morales- el embajador Cuello emitía desde Nueva York la comunicación MPRDNY-1446, en la que señala: “Tengo a bien avisar recibo de su oficio de la referencia al tiempo que le informo haber cumplido las instrucciones en él contenidas, inscribiendo la candidatura de la República Dominicana a un puesto no permanente del Consejo de Seguridad para el período 2019-2020, en elecciones a celebrarse en el año 2018 durante el 73 Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas”.
Hechos que podrían encajar en esos lineamientos estratégicos planteados en 2009 pueden ser –entre otros- la rápida y efectiva ayuda humanitaria del país al vecino Haití a raíz del devastador terremoto del 12 de enero 2010 –el más terrible para esa zona desde 1770- con un saldo de más de 150,000 muertos y daños materiales cuantiosos.
Continuidad
Al momento de este hecho gobernaba el país el presidente Leonel Fernández, al frente de la nación también en 2009 cuando se asumió la decisión de inscribir la candidatura dominicana en la Organización de Naciones Unidas.
Asimismo, cabe resaltar la labor de mediación llevada a cabo por el actual presidente Danilo Medina acercando al gobierno y a la oposición de Venezuela en busca de una salida a la crisis política que sacude a la nación suramericana.
— Trabajo
La misión de RD fue acertada desde la inscripción de la candidatura buscando membresías en órganos de la ONU que permitieran demostrar competencia técnica en el Consejo.
2020 Finaliza el periodo.
De la República Dominicana como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. ENTREVISTA
Manuel Morales Lama
¿Qué significado tiene para el país su ingreso al Consejo de Seguridad ?
Es un hecho que naturalmente es significativo para el posicionamiento internacional del país y para su imagen y asimismo para la consecución de objetivos estratégicos de la política exterior en general.
En definitiva, asumir la posición de Miembro no Permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU le da «visibilidad global» a RD.
El canciller , Miguel Vargas, ya adelantó la agenda dominicana: promoción de la paz, la seguridad, la solución pacífica de las controversias, la defensa de los derechos humanos y del medioambiente, la seguridad alimentaria; así como el rol de la mujer y la juventud.
¿Evidencia este ingreso al Consejo de la ONU el liderazgo de RD en la región?
Es obvio que sí.
¿Es reconocimiento a la estabilidad política y económica del país?
Esto es un factor coadyuvante en la elección y un reconocimiento a la calidad de su diplomacia y a la importancia que da a sus relaciones exteriores y consecuentemente a la imagen y prestigio de la nación en su política exterior.
¿Qué labor deberá emprender el Gobierno ante esta responsabilidad ?
El «intenso» trabajo diplomático que demanda un manejo eminentemente profesional, como el que caracteriza la presente gestión, en la posición de Miembro no Permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, debe estar fundamentado en la Carta de la ONU, y en el Derecho internacional, teniendo siempre presente el Principio de la Igualdad Soberana y Jurídica de los Estados, tanto en la Cancillería del país, como en su misión permanente en ese organismo.
Una de las primeras acciones en el ejercicio de tal función consiste en analizar y evaluar, periódicamente, la situación global y, en especial, “las grandes tendencias internacionales” que pueden incidir sobre las controversias, y en el tratamiento, y métodos de solución, aplicables por parte de la “comunidad internacional.”
En los últimos años, ¿cómo podría definir la política exterior del país?
La política exterior de República Dominicana está enfocada en la obtención de metas económicas y comerciales, con énfasis en la canalización de la inversión extranjera hacia la nación dominicana, a través de la efectiva implementación de la Diplomacia Comercial y para ello el máximo interés en la profesionalización de nuestro Servicio Exterior y de los funcionarios de la Cancillería.