Al escuchar el testimonio de los líderes dominicanos que han sido claves para el desarrollo de sectores estratégicos de la economía nacional, como el turismo y las zonas francas, te das cuenta que los comienzos siempre son humildes y tímidos.
Es decir, fueron en su momento unos visionarios que con poca ayuda del gobierno y de los demás sectores económicos, supieron soñar con un futuro mejor en el área donde estaban emprendiendo. De su visión, trabajo y esfuerzo se benefician hoy miles de personas que trabajan en sus empresas, así como todo el país. Hoy pueden colocarse como un referente mundial en el tema turístico e industrial.
De la misma manera, soy de los que piensa y cree, que el futuro competitivo y sostenible de nuestro país para envisionar un desarrollo tecnológico, que cuente con líderes igualmente comprometidos con la realización de un sueño, que hoy parece imposible: convertir a la República Dominicana en la principal potencia tecnológica de la región.
Si, nuestro país no cuenta hoy con un ecosistema altamente desarrollado y robusto que produzca resultados de alto impacto y pueda mostrar cifras de crecimiento exponencial en materia de tecnología de la información y comunicación. Lo cierto es que ya hay muchos emprendedores que tienen años haciendo tecnología y que solo necesitan apoyos y estímulos que les permitan seguir creciendo, generando empleo y bienestar para sus organizaciones y, para todas las personas que impactan.
Es importante saber que los comienzo son siempre difíciles y humildes. El comienzo en tecnología ya lleva años en marcha, vamos dando pasos firmes.
Debemos renovar nuestra fe en las potencialidades del talento digital dominicano y su capacidad de innovar; creando nuevos productos y servicios que puedan ser exportados y conocidos en el mundo entero. Sigamos avanzando por el camino del desarrollo digital.