Raúl Castro llega a México tras largo distanciamiento

Raúl Castro llega a México tras largo distanciamiento

Raúl Castro llega a México tras largo distanciamiento

Mexican President Enrique Pena Nieto (R) speaks with Cuban President Raul Castro at the government palace in Merida, in Yucatan state, Mexico on November 6, 2015. Castro's first state visit to Mexico since he took office in 2006 takes place in the eastern colonial city of Merida, where the two leaders will discuss a range of issues and sign a series of agreements. AFP PHOTO / RONALDO SCHEMIDT

MÉRIDA, México.-El presidente de Cuba, Raúl Castro, llega este viernes a México para cumplir una visita de Estado con la que ambos gobiernos pretenden vigorizar su relación tras un largo período de enfriamiento.

Castro y el presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) sostendrán una reunión privada en el Palacio de Gobierno de Mérida para después firmar acuerdos de intercambio, educativo, turístico y de negocios.

Además, en las conversaciones discutirán sobre la creciente migración cubana que en meses recientes ha llegado a territorio mexicano.

La visita tiene lugar tras el deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y en momentos en que Venezuela, su mayor socio comercial, enfrenta una difícil situación económica. México ha lanzado varios proyectos de inversión en el nuevo megapuerto de Mariel, 45 km al oeste de La Habana, donde la compañía cárnica mexicana Richmeat fue la primera en invertir.

Crisis del «comes y te vas»

Esta será la primera visita de Estado de Raúl Castro a México desde que asumió la presidencia en 2006. «Estamos muy contentos de que sea su primera visita a nuestro país, que se hace en el marco de esta relación renovada, vigorizada», dijo la canciller mexicana, Claudia Ruiz Massieu.

Como presidente de Cuba, Fidel Castro visitó México para asistir a varias reuniones multilaterales y a las tomas de posesión, pero nunca hizo una visita de Estado.

Peña Nieto decidió en 2013 recomponer la distante relación con la isla mediante la firma de ocho acuerdos bilaterales y la condonación del 70% de una añeja deuda de 487 millones de dólares que había causado fricciones entre los dos gobiernos. México y Cuba llegaron casi a la ruptura tras el famoso incidente conocido como el «comes y te vas», en una cumbre de la ONU sobre el Financiamiento para el Desarrollo celebrada en 2002 en Monterrey, en el norte de México.

El entonces presidente Vicente Fox le pidió en una llamada telefónica a Fidel Castro que abandonara la reunión de manera anticipada para evitar un encuentro con George W. Bush, presidente de Estados Unidos en aquel momento.

Un mes después Castro divulgó al público la conversación telefónica con Fox. La relación se había venido deteriorando desde finales de la década de 1990 por el interés del gobierno mexicano por la situación de los derechos humanos en la isla y quedó en el congelador cuando México retiró en 2004 a su embajadora de La Habana y expulsó al representante diplomático de Cuba en Ciudad de México.

Estos encontronazos distaban mucho del profundo vínculo que los hermanos Castro habían tejido con México en la década de 1950, cuando emigraron a la capital mexicana para fraguar la revolución.

También quedaron atrás los tiempos en que México fue el único país latinoamericano que no rompió lazos diplomáticos con la isla comunista en 1962, cuando el resto de la región lo hizo bajo presiones de Estados Unidos.

No hay mucho que extraer

«La relación entre México y Cuba está muy bien que se normalice, pero no es para ninguno de los dos países tan importante como lo fue en otros momentos», dijo a la AFP Rodrigo Salazar, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Mientras para Cuba era muy importante tener como aliado al gobierno mexicano, México utilizó esta relación privilegiada para asumir el papel de mediador en la región en conflictos típicos de la Guerra Fría y aprovechó la capacidad real de negociación con Estados Unidos que estas mediaciones le daban.

«Es evidente que en esta visita», que durará apenas unas horas, «se siente alguna frialdad porque no hay mucho que extraer» mutuamente en la relación, puntualizó el experto.