Josías fue un rey que gobernó a Israel en el siglo pasado. El reinó treinta y un años en Jerusalén. Este hizo lo recto ante los ojos de Dios.
Él comenzó a gobernar a los 12 años. Este rey hizo muchas cosas por su pueblo, una de esas reformas fue limpiar todos los lugares de la idolatría que existía en el pueblo.
Esta práctica de adorar a dioses paganos era una ofensa a Dios.
Después de limpiar la tierra, se propuso restaurar el templo de Dios. Pero aconteció que cuando restauraban el templo, un sacerdote llamado Hilcías halló el libro de la Ley.
Esta noticia llegó inmediatamente al oído de rey Josías, dice la Biblia, “luego de que el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestidos”.
Imaginemos este rey lleno de hermosura y poder, con vestimentas costosas, luego de que escuchara la palabra de Dios, no importó qué costosa era su ropa, rompió sus vestidos. Esto nos demuestra la humillación de este hombre respondiendo a la ley de Dios.
Estos nos lleva a una pregunta, ¿cómo estás tú respondiendo a la palabra de Dios?, son lámparas a nuestros pies, son las que te pueden guiar por el sendero de la verdad. Están formando tu carácter para tener una vida más pura delante de Dios.
Esta actitud del rey Josías tuvo su retribución, vemos lo que dice el texto de 2 Crónicas 34:27: “Y tu corazón se conmovió, y te humillaste delante de Dios al oír sus palabras sobre este lugar y sobre sus moradores, y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, yo también te he oído, dice Jehová”.
Estas palabras son aplicables a tu vida, humíllate y rasga tu corazón delante de Dios y tendrás la recompensa de su favor.