Santo Domingo.-Desde un simple corte de pelo hasta un afeitado normal, la Peluquería Alexis abre sus puertas a tempranas horas de la mañana ofreciendo servicios estéticos, pero además sorprende a la mayoría de sus clientes al presentarle a Ramona Durán, quien es su peluquera por excelencia.
Una mujer que ha ejercido por más de tres décadas el oficio de barbera junto a su hermano, dedicándose cada día con entusiasmo a satisfacer su clientela con igual o mayor calidad que lo haría un barbero común.
Apodada por sus clientes como “La Peluquera”, esta señora de 60 años ha desempeñado su labor con normalidad sin que esto afecte las actividades cotidianas de su hogar así como sus relaciones personales y sociales.
Ramona ha permanecido sin pareja por más de 15 años, pero esto no ha sido un impedimento para construir su casa y sacar adelante su familia gracias a su trabajo.
“Yo no tuve la facilidad de estudiar e ir a la universidad, a mí me gustaba este trabajo y ha sido de mucho beneficio porque crie mis cinco hijos, y varios son profesionales además de ser mi sustento”, manifestó.
En un confortable y agradable establecimiento ubicado en la avenida Venezuela esquina Puerto Rico, Ramona destaca que a pesar de que para una mujer no es fácil ser peluquera para ella representa más que un trabajo al permitirle romper con la idea de que ese oficio es exclusivo de hombres.
Durán con una ligera expresión de calma en su rostro dice “ser peluquera no es fácil porque las mujeres saben trabajar bien con mujeres, pero uno aprende a peinar un hombre y realizarle todos los tipos de corte como otros lo saben dar”.
Sin embargo, narra que sus clientes al conocerla dudan de su profesionalismo y no aceptan sus servicios, pero que una vez ven el trato y calidad con la que realiza su trabajo cambian su parecer y la requieren en otras ocasiones.
“A veces las personas cuando vienen por primera vez no quieren que yo los atienda, pero yo no me siento mal porque yo entiendo que no todas las mujeres saben trabajar esto, pero después que me ven trabajando dicen bueno me lo perdí”, exclamó riendo a carcajadas.
Aunque dos de sus hijas poseen salones de belleza, Ramona prefiere seguir siendo barbera por vocación antes que invertir su tiempo y esfuerzo en el mundo del embellecimiento femenino.
No hay barreras
“Soy una ficha reconocida ya dondequiera que caigo, a veces salgo me conocen y me llaman, pero yo ni me acuerdo”, significó al describir como su fama se ha extendido por toda la avenida Venezuela.
La barbera indica que tiene la capacidad de realizar todo tipo de cortes de pelo así como también colocar tintes, afeitado, depilado, manicura, pedicura y que puede atender desde el cliente más moderno hasta el cliente ejecutivo.
Ser mujer no es excusa
Ramona Durán critica el hecho de que las mujeres en la actualidad no encuentran un empleo, ya que hay programas, cursos online e instituciones que capacitan gratuitamente en distintas ocupaciones con la finalidad de que se puedan insertar en el mercado laboral formal.
“Como es que una mujer no va a encontrar trabajo, porque hoy en día hasta de masajes se vive, no para tener mucho dinero, pero si para sobrevivir y no delinquir”, manifiesta con cierta incredulidad.
El hermano de Ramona y propietario de la peluquería que ha administrado por 39 años, Rafael Leonidas Durán, ve a su hermana como “ejemplo a seguir”, ya que su hermana asegura no le gusta depender económicamente de otras personas.
Mientras su hermana realiza el cerquillo a un cliente, Rafael la observa y con orgullo relata “a veces algunos no quieren que ella los recorte porque no están acostumbrados, otros dicen que es la primera vez que lo va a recortar una mujer y se van encantados”.
Según las conclusiones del informe “Brechas de género: entre el dicho y el hecho de la autonomía de las mujeres en República Dominicana” del Centro de Estudios de Género de Intec (CEG-INTEC), la tasa de desocupación femenina es de un 22%, mientras que la masculina se reduce a un 8%.
Los datos que arrojan este informe se deben a que persisten prejuicios en torno a la contratación de mujeres en edad productiva.
Sin embargo, obviando toda cifra Ramona continuará siendo peluquera y exhorta a las mujeres a asumir un papel determinante en el ámbito laboral pese a que prevalezca cualquier tabú.