La semana pasada el árbitro Ramón Ferrer recibió un gran reconocimiento del Ministerio de Deportes, que dirige Francisco Camacho, por ser el primero y único árbitro dominicano trabajando en las Grandes Ligas.
Los dominicanos hemos impactado las Grandes Ligas por diversas vías, con jugadores sobresalientes; la ejecutiva, con Omar Minaya como gerente general; excelentes cazatalentos, mánagers en Felipe Alou, Manny Acta, Tony Peña, Luis Pujols, Juan Samuel y Luis Rojas. También coaches de terreno y de banca, sin embargo, no teníamos árbitros hasta la llegada de Ferrer en 2016.
Llegar hasta allí no fue tan fácil, recuerdo que una vez su compañero Domingo-Papito- Polanco me contó que un México-Americano que venía mucho al país a seguir el torneo invernal de apellido Ramírez le ofreció para irse a arbitrar a Estados Unidos.
Polanco le dijo que no porque ya tenía 35 años, y que le iba a recomendar a Ramón Ferrer, quien era más joven y dominaba el inglés. Esa persona le consiguió la beca a Ferrer, pero este no pudo aprovecharla, debido a que no consiguió quien le ayudara con el visado estadounidense. Luego se presentó otra vez la oportunidad y con la ayuda de varias personas, Ferrer pudo conseguir la visa anhelada para aprovechar la beca que le abrió las puertas para llegar hasta las Grandes Ligas.
Por esa razón fue muy emotivo ver a Ferrer disfrutando de la actividad, en la que participaron sus familiares, amigos y colegas. En la misma se presentó un audiovisual donde se pudo palpar que Ferrer proviene de una familia muy unida, formada en el cristianismo, sobresaliendo el amor que recibió de sus padres. ¡ Enhorabuena!