Rafaela Asilis ama cocinar, disfrutar en familia, caminar, viajar y ver la naturaleza. Alienta a las mujeres a confiar en sí mismas, mirando hacia adelante.
SANTO DOMINGO.-El éxito y la felicidad no es cuestión de suerte. La clave está en la preparación, disciplina y esfuerzo que se emplee para construir una historia de logros y conquistas.
Así lo afirma Rafaela Asilis, empresaria que alcanzó la posición de Premier Leader Network, la más deseada de Royal Prestige, compañía de ventas directas y mercadeo, definida por la frase: “El esfuerzo siempre se ve”.
Asilis, un ejemplo de superación, perseverancia y honradez, es oriunda de San Francisco de Macorís, y al concluir el bachillerato emigra a Santo Domingo a estudiar odontología, que era lo que soñaba desde niña.
Sus grandes pasiones
Confiesa que uno de sus mayores sueños era viajar, conocer otros países. Lo ha disfrutado gracias a su trabajo y visión, destacando que “mi madre siempre me ponía a ver los aviones en las tardes desde el patio de mi casa. Otras de mis grandes pasiones ha sido la cocina y he disfrutado de este arte toda mi vida”.
En sus inicios, puso un consultorio privado junto a una colega, luego comenzó a dar clases como profesora titular de anatomía dental en la Unphu y Unibe. El seguro odontológico no existía y ofrecía igualas odontológicas a empresas, pero, por falta de recursos, no pudo hacer que el centro odontológico se expandiera y al mismo tiempo dar trabajo a otras personas.
Años de pruebas
Al rememorar su pasado, sostiene que fueron años de duras pruebas, pues “cuando me separé de mi esposo, quedando sola con mis dos hijos y con deudas, viviendo donde mi abuela que estaba muy enferma, donde duré un año. A los 3 días de su muerte, me dicen que debo salir de la casa, alquilé un apartamento e hice un diplomado de cocina y de nutrición para ayudarme y salir adelante”.
Rafaela explica que estos desafíos no la amilanaron, pues es una mujer amorosa, optimista y con un alto sentido de lo que es la amistad y fidelidad. Luego empezó a dar cursos de cocina árabe y campamentos de niños para enseñarles a cocinar, logrando tener una sección de cocina árabe en un canal de televisión (pero no le pagaban, solo se promocionaba).
Pasado un tiempo, puso un programa de cocina para niños en TV, donde su hijo cocinaría y la hija sería la moderadora, ambos tienen esa fortaleza y ella estaría en la conducción del mismo.
Futuro promisorio
Como si se tratara de una conspiración del Creador, los retos que enfrentó la prepararon para el futuro promisorio que le tocaría.
Asilis no tenía dinero y comenzó a buscar intercambios; al tocar las puertas en una empresa de cocina modular, una joven le ofrece los productos de cocinar Royal Prestige, que acababan de llegar al país.
La invita a un entrenamiento y como era gratis, decidió ir. Agrega: “Cuando vi su calidad, material de acero inoxidable grado quirúrgico, como los utensilios que usaba en mi consultorio, además de la tecnología que posee, indicando la temperatura adecuada para cocción de alimentos que había aprendido en el diplomado de cocina, quedé enamorada y empecé a promocionarlo en mis cursos de cocina y amistades”.
Trabas en el camino
Admite que al principio le costó cerrar ventas porque no conocía las técnicas y empezó a estudiar venta. Además, el financiamiento era un inconveniente, porque la compañía todavía no entraba al país con su financiamiento y así lo agenció en los bancos comerciales, en cooperativas y tarjetas de crédito.
Trabajó la parte de mercadeo, que nadie los conocía. Luego de un arduo trabajo y tocar puertas, con la relación que había hecho en los programas, fue ganando clientes hasta que obtuvo la licenciatura de la distribución de la marca y sus viajes.
En poco tiempo logró el permiso de su distribución, registró una compañía para representarla, y tomó la decisión de vender el consultorio y dedicarse al negocio. Actualmente tiene dentro de su territorio 45 empresa constituidas y esas, a la vez, están trabajando con otras personas para que constituyan las suyas.
Muy personal
Disfruta lo que hace porque lleva salud preventiva a la familia, tecnología en la cocina y cuando la familia cocina se unen más. Es la madre orgullosa de Miguel David y Omayra, sus cómplices, apoyo y socios, ya que le ayudaron a conseguir todos los niveles en la compañía y actualmente tienen sus empresas.
Cuenta con un local que tiene un showroom donde muestra la cocina de sus sueños con todos los productos de la marca.